Es un tema del que se
habla poco, pero hasta el 20% de las mujeres pueden experimentarlo. A qué
síntomas hay que estar atenta.
Es una de las
situaciones vinculadas con la maternidad que más se silencian. Se llama
depresión posparto o depresión puerperal y, según las estadísticas, la sufren
entre una y dos de cada diez mamás recientes. En general, lo hacen sin
manifestarlo y hasta con vergüenza por sentir lo que sienten.
"¿Qué más podés
pedir? Tenés un hijo. ¿Cómo vas a sentirte así?". Dice el doctor Mario
Sebastiani, obstetra del Hospital Italiano de Buenos Aires y ex presidente de
la Asociación Argentina de Ginecología y Obstetricia Psicosomática: "Ese
tipo de frases son muy negativas. La incomprensión es la principal dificultad
que obstruye que las mujeres puedan pedir ayuda. ¿Cuándo? Si una mamá reciente
siente que la mayor parte del tiempo no puede disfrutar de este momento especial,
en esos casos, es recomendable una consulta preventiva."
Además de la brusca
alteración hormonal que sucede al cabo del nacimiento, señala Sebastiani, y que
tiene un evidente impacto en el estado emocional de la mujer, el puerperio, la
etapa que comienza luego no suele ser un lecho de rosas, y esto aun en los
casos más felices. "La nueva vida después del parto se convierte en
visitas, consejos, inseguridades, poco descanso –dice el obstetra-. Además,
este tiempo está invadido de soledad y poca comprensión por parte de los
familiares, amigos y personas cercanas. Las mujeres en esta etapa están todo el
tiempo en sus casas, pendientes de la demanda del bebé, sin poder salir y a
veces esto no es tan sencillo. Estamos en el siglo XXI, pero algunas cuestiones
no han cambiado mucho".
Puede ocurrir que los
primeros días las mamás recientes, en especial las primerizas, experimenten
momentos de confusión, ansiedad, estén cansadas o más irritables. Pero
normalmente esos sentimientos desaparecen por sí solos.
Otras mujeres pueden
sentir, en cambio, que esos sentimientos y emociones desagradables no se van.
Ahí es cuando deben estar atentas.
Una conocida actriz,
Brooke Shields, enfrentó esta situación y su caso, siendo ella famosa, recorrió
buena parte del mundo. "Nos enseñan que ser madres es la cosa más gloriosa
que nos puede pasar. Pero después del nacimiento de mi primera hija tuve
depresión postparto. Como no sabía de qué se trataba fue algo devastador. Había
realizado varios intentos de fertilización asistida para tener un bebé y cuando
lo logré me pasó esto, que fue realmente muy grave".
Luego de esta
experiencia, Shields volvió a ser madre sin deprimirse, pero inició una suerte
de cruzada personal para advertir sobre el problema y generar conciencia al respecto.
"Los médicos deben estar atentos, saber que el tema existe, no restar
importancia a algunos síntomas", ha declarado la actriz, autora del libro
"Cayó la lluvia", donde contó su experiencia y cómo salió del
problema.
Existe una escala, la
Escala de Edimburgo para la Depresión Posparto, a través de la cual los
profesionales de la salud pueden medir el riesgo de cada paciente.
Según un estudio local
realizado en el Cemic, un 18% de las madres recientes experimentan síntomas de
depresión inmediatamente después del parto y una cifra levemente inferior –el
17%- lo hace al cabo de los seis meses de haber dado a luz.
El psiquiatra Pablo
Rozic, coordinador de la investigación, dijo que se había probado un mayor
riesgo entre aquellas mujeres con antecedentes previos de depresión. También se
encontró mayor frecuencia de sentimientos de tristeza y abatimiento entre las
más jóvenes (menores de 25) y las mayores de 35. Otro aspecto que interesó a
los investigadores es verificar que el problema puede presentarse también
varios meses después de nacido el bebé, hasta inclusive un año después.
Si bien la edad, las
hormonas y los antecedentes personales juegan su parte, no son aspectos menores
las expectativas acerca de la maternidad (que a veces son demasiado grandes) y
el entorno ambiental (incluidos los problemas económicos, laborales o las
dificultades para criar al bebé). Todo forma un complejo cuadro que, en ciertas
mujeres, puede generar como respuesta un cuadro depresivo.
Por eso, prestar
atención a los síntomas (ver aparte) y no demorar la consulta preventiva pueden
jugar a favor para abordar y tratar el problema, que en la mayor parte de los
casos se resuelve con una terapia adecuada y el uso de medicación específica.
Ellos también
Lo que parecía ser una situación
únicamente femenina, también puede aparecer entre los varones, papás recientes:
un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Americana (JAMA, por
su sigla en inglés), dice que cerca del 10% de los hombres experimentan
depresión postparto. Luego de analizar datos de 43 estudios en el que
participaron casi 30.000 personas, los investigadores probaron que los hombres
atraviesan un período crítico que varía entre los tres y seis meses después de
la llegada del hijo en que pueden sentirse más deprimidos y desanimados.
"Los hombres pueden
sentirse solos porque perciben que sobre sus espaldas recae la responsabilidad
de la economía familiar –escribe James F. Paulson y Shamail D. Bazemore, de la
Escuela de Medicina Eastern Virginia, en Norfolk, EE.UU-. Esto puede causar
depresión y angustia, y no siempre puede compartirlos abiertamente con su
compañera, porque ella está centrada en la atención del nuevo hijo".
Síntomas a tener en
cuenta (y a comentar con el médico)
- Tristeza,
irritabilidad, llanto sin motivo.
- Tener miedo de
quedarse a solas con el bebé.
- Sentir poco apetito.
- Preocuparse demasiado
por el bebé o, todo lo contrario, no sentir preocupación.
- Tener muchas
dificultades para organizar el trabajo cotidiano de la casa.
- Sentir pérdida de
energía (más allá del cansancio por la falta de sueño).
- Sentirse culpable o
pensar que no es una buena madre.
Prestar más atención si…
- El embarazo fue
difícil o no lo vivió bien.
- El parto fue
traumático.
- Ha estado deprimida
antes.
- Tiene una mala
relación de pareja.
- Está sola y eso le
pesa.
- Tiene poco apoyo
familiar.
- Atraviesa una
situación económica o financiera difícil.
- El embarazo la hizo
engordar y le incomoda no haber vuelto a su anterior figura.
- Teme que el haber
tenido un hijo dificulte mucho su reinserción laboral futura
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