Vinculación. Han Wu Shen (s. XXI. Nuevo Realismo. China)
|
Te proponemos reflexionar sobre cómo incide el factor cultural en esta práctica y por qué la lactancia extendida es un tema tabú que, aún hoy, genera polémica.
Lactancia extendida
La lactancia, como tantas otras cosas, es una práctica cultural además de una cuestión de salud. Porque, si bien la riqueza principal de la alimentación materna pasa por lo nutricional y por lo afectivo, lo cierto es que el acto de amamantar a un hijo cobra diferentes dimensiones según el contexto social y el momento histórico en el cual se lo analice.
Seguramente tu mamá transitó (de un modo u otro) esa experiencia con vos de una manera muy distinta a la que vos la entendés hoy como madre.
Actualmente los conocimientos y las costumbres avanzaron mucho en una dirección, y se alejaron de aquel momento en el cual que un bebé tomara la teta los primeros tres meses de su vida era más que suficiente y ni que hablar de que tenía que hacerlo con intervalos fijos, fríamente calculados. Pero hoy, que la ciencia ya nos demostró que sí, que es fundamental que un bebé tome mucha leche materna, y que hasta los dos años no es demasiado.
Hoy, que ya entendemos que hay un momento en el cual la libre demanda no genera seres caprichosos sino bebés satisfechos.
Hoy, que ya le perdimos el miedo a adaptar la lactancia de nuestros hijos a una vida real (la de una mamá que no está todo el día en su casa, que trabaja, que a veces sale y que, aun así -sin quedar presa de una rutina estricta e inalterable-, puede sostener un hábito de lo más saludable con su bebé). Hoy, el debate en torno a la lactancia sigue...Porque, al trazar algunos límites, vuelven a emerger ciertos valores impuestos culturalmente que instauran distintas posiciones. Como por ejemplo: ¿hasta cuándo se prolonga la lactancia?
Según la Organización Mundial de la Salud es recomendable amantar hasta los dos o dos años y medio. Y hay más: parece que en el mundo se puso de "moda" la lactancia extendida. Es decir: hasta los cuatro o cinco años. La polémica existió siempre y hace un par de meses se acentuó a raíz de la portada que publicó la revista Time: la foto de una bella, joven y famosa modelo dando de mamar a su hijo de unos cuatro años (el nene está de pie, subido a un banquito para llegar a la altura de la teta). En el título se cuestionaba si lo que se veía ahí no era algo más común de lo que creemos. Y en tal caso, lo que se develó con esta discusión es que, efectivamente, además de haber muchas madres que siguen amamantando a sus hijos hasta que terminan el jardín de infantes, entre éstas son mayoría las que no lo cuentan. Como si fuera un tabú.
Tres especialistas sobre lactancia te cuentan qué opinan de la lactancia extendida
Laura Krochik
Puericultora, presidenta de la Asociación Civil Argentina de Puericultura
"Hasta los seis meses, los niños no necesitan ninguna otra cosa que no sea la leche materna, luego sí incorporan alimentación semisólida en forma gradual, la misma no reemplaza la leche materna. La OMS promueve la lactancia hasta los dos años, dos años y medio. Existe evidencia científica que demuestra que, después de esa edad, amamantar a un hijo no le va a aportar nada a nivel alimenticio. De manera que, a partir de ese momento, lo saludable es que la madre siga construyendo el vínculo pero desde otro lado, no desde la teta. Cada vínculo entre madre e hijo es único y personal y es sumamente difícil generalizar pero hay casos en los que extender demasiado la lactancia puede volverse patológico. Así como hay una etapa en la que la mamá pone todo su cuerpo a disposición del hijo (como en el embarazo), hay momentos en los que algunas partes del cuerpo de la madre están disponibles para el vínculo con su hijo y otras ya no. Estoy de acuerdo con la indicación de la OMS: es recomendable la lactancia hasta los dos años y medio del niño".
Paola de los Santos
Puericultora universitaria y Psicóloga Social
"
La lactancia es una construcción social y como tal está atravesada por diversos factores. Si a esto le sumamos que quienes la practicamos somos las mujeres y que para hacerlo tenemos que ofrecer nuestros pechos, con todo el peso que tienen en el imaginario social, pues muchas veces se hace un tanto difícil. En esto es fundamental el deseo de la mujer, la información y el acompañamiento del entorno. Es comprensible que produzca revuelo en la sociedad el hecho de ver a una mujer amamantando a un niño pequeño (en lugar de un bebé), pero sólo será cuestión de acostumbrarse como con tantos otros cambios culturales. Si en esta acción no media solo el deseo de la madre y el niño puede desarrollarse y poner en juego todas las etapas de su desarrollo, pues no hay daño alguno. Aunque deberíamos estar atentos a los casos en los que la situación de la lactancia extendida imposibilite el esperable intercambio del niño con el afuera".
Soledad Martín
Directora de la Tecnicatura Universitaria en Puericultura y Crianza
Directora del Centro de Orientación y Asistencia para la Primera Infancia FUNDALAM
"Cada lactancia es única, singular, irrepetible y la permanencia o prolongación, depende siempre de múltiples factores; no es correcto establecer de forma normativa un tiempo indicado y correcto para iniciar el destete para todos los bebés de forma idéntica. Establecer un tiempo como el indicado es perder de vista la singularidad del vínculo entre esa mamá y ese bebé, lo individual propio de ese niño y de esa familia que nos consulta. Es muy importante que esta decisión de hasta cuándo amamantar parta del registro y decodificación de las necesidades del bebé-niño y de esta forma es una decisión que se lleva a cabo en forma conjunta, de a dos. Pero siempre favoreciendo el desarrollo del bebé-niño que es el que se encuentra en pleno proceso de desarrollo y maduración".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!