Sábado 14 de septiembre de 2013
Este
sábado en el momento en que llegaba al hospital, en una mañana de mucho frío,
miro hacia adelante y veo sentada a una mujer, en una actitud que me llamó
mucho la atención, estaba sentada sobre una parecita cercana a la entrada del edificio,
seguí caminando, me acerqué y me di cuenta que estaba en pleno trabajo de
parto, junto a su marido, le pregunto-¿cómo te sentís?- solo me mira con cara
de no estar bien. Le digo a los dos -vamos adentro!- mientras les digo-soy
enfermera de Maternidad-, los acompaño hasta dentro, y la dejo en una silla de
ruedas, en que la llevaron hacia la guardia, nos saludamos y les digo tal vez
nos veamos luego.
Subo a
tomar la guardia, en pocos minutos, viene un médico y me dice -te van a subir
una madre-, le comento mi encuentro en la entrada y dice -debe ser porque la
beba nació en la guardia-.
Llega la
camilla y ahí está ella Gabriela y la saludo diciéndole- ¿sos vos la que
estabas en la entrada?, y me saluda, diciendo si, -estabas por parir- le digo,
me cuenta que cuando se sentó en la silla de ruedas se rompió la bolsa y ella
pensó va a nacer ya, le digo, -¡si casi nace afuera!
Nació su
beba, pocos minutos después de nuestro encuentro, sin peridural, ni
episiotomía, ni inducción, un parto de un pujo. Lindo nacimiento para un sábado
frío.
Gabriela y
su marido van a Neo a ver a su hijo, vuelven contentos, el bebe está bastante
bien, pero no veo la cara de madre en Gabriela. No vuelve a ir a Neo durante la
guardia.
Llego el
domingo al trabajo hace mucho, mucho frío y allí están las dos Gabrielas con
sus realidades contrastables, va transcurriendo la mañana, tranquila.
Luego del mediodía Gabriela va Neonatología y
está allí mucho tiempo casi dos horas cuando vuelve, las mejillas tienen color,
está sonrosada y una sonrisa aparece en su cara, se ha convertido en madre.
Poder
sostener a estas dos madres, me da una gran felicidad, no hay nada mejor que
ayudar a otra persona, si es una madre mucho más, este es mi trabajo y no lo
cambiaría por ningún otro. Muchas gracias a las dos Gabrielas, por dejarme ser
parte de su vida un instante.
Les deseo
la mayor de las felicidades.
Luisa Bengolea
Enfermera perinatal y asesora en amamantamiento.
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