Compartimos la nota que
la periodista Julia Uccello les realizó, para la revista Rosario Express, a
Daniel Crosta, director de la Maternidad Martin, y Gustavo Baccifava, jefe de
obstetricia del Hospital Roque Saenz Peña. Una mirada médica sobre el parto humanizado.
Por un parto más humano
Partos: “detener el
fenómeno intervencionista”
“Nos hemos olvidado de
preguntarnos cuáles son las necesidades básicas de una mujer durante el trabajo
de parto. Hemos tomado el camino equivocado. Lo mejor en este caso es regresar
al principio y comenzar otro camino”, Michel Odent (obstetra especialista en
investigación pre – y perinatal).
Las palabras “nacer” y
“naturaleza” tienen la misma etimología, y sin embargo el parto es cada vez más
intervenido por la medicina sin respetar los tiempos naturales. Año a año, los
índices de cesáreas aumentan de manera exponencial, superando ampliamente la
sugerencias del 10% (en casos excepcionales) de las que habla la Organización
Mundial de la Salud (OMS). En Rosario la tendencia se hace evidente
especialmente en los efectores privados, donde desde un 50% a un 70% de los
partos se realizan por medio de intervenciones quirúrgicas.
El parto respetado es un
derecho establecido en la ley 25.929 que dice, entre otros puntos, que se debe
respetar la evolución normal o natural de un trabajo de parto. “No hay que
tratar de intervenir o medicalizar un hecho absolutamente biológico si no
existe una verdadera causa que lo justifique”, afirma Daniel Crosta, director
de la Maternidad Martin. Él explica que esto se sabe, pero no siempre se hace o
se dice, y relaciona las cusas con temores que manifiestan tanto los médicos
como las embarazadas.
Al parecer, los tiempos
fisiológicos de un parto son muy diferentes a los tiempos que se manejan en una
institución médica o de aquellos que se imponen a nivel cultural, donde prima
la ansiedad. El sistema falla, y como contrapartida, desde las maternidades
públicas se alerta para detener el fenómeno intervencionista, haciendo hincapié
en el acompañamiento, y aceptando los cada vez más frecuentes “planes de parto”
que llegan a las maternidades en forma de documento escrito, con el propósito
de que sean respetados los deseos de las madres y sus parejas de elegir.
Gustavo Baccifava, jefe
de obstetricia de la maternidad del Hospital Roque Saenz Peña asegura que hay
que iniciar acciones de forma urgente para revertir el modelo asistencial
tecnocrático actual y optimizar la calidad de atención de madres y bebes: “Se
requiere de una revisión profunda de las prácticas obstétricas actuales basadas
- muchas veces - no en pruebas científicas, sino en viejas tradiciones
hospitalarias y en sistemas de creencias”, opinó.
Si se tiene en cuenta
que las cifras a nivel mundial dictan que las maternidades con menor
intervención son aquellas con menor índice de morbimortalidad perinatal, la
revisión de los sistemas sanatoriales se impone. En la Maternidad Martin son
conscientes de ello, pero no hay una visión optimista de un futuro próximo:
“Llegar a un cambio llevará mucho tiempo, porque no hay que convencer sólo a un
actor, sino a todos los actores involucrados. Hay que convencer a los médicos
de volver al parto natural para evitar un montón de complicaciones, pero
también convencer a las propias mujeres de que la cuestión natural es mucho
mejor para ellas y para sus bebés”, dijo Crosta.
El poder del obstetra
Desde hace muchos años
se ha ido configurando un paradigma del parto, en donde el poder se ha
desplazado absolutamente hacia el médico, entregándoles una responsabilidad muy
grande. La mujer ha perdido autonomía en el parto porque ya ha olvidado cómo es
un parto normal sin intervención, y es por eso que existen temores insalvables
que juegan como enemigos en la llegada del nacimiento. Gustavo Baccifava
explica a Rosario Express esta tendencia, haciendo un llamado a la toma de
conciencia por parte de toda la sociedad para cambiar el modelo actual.
¿Cómo explica el poder
actual del medico obstetra?
Hace aproximadamente 200
años la mujer en parto se trasladó de los hogares a las instituciones de salud.
Con el transcurso del tiempo un acontecimiento femenino, íntimo y familiar, se
ha convertido en un procedimiento médico-quirúrgico. Intervenciones médicas que
eran excepcionales se transformaron en rutinarias, con consecuentes efectos
adversos tanto en la madre como en el bebé (O.M.S ,1998). Se ha despojado a la
mujer del control de su propio parto.
Hay que restituirle el
protagonismo a la mujer, ya que es ella la que posee la sabiduría innata para
parir. El equipo de salud debe ser respetuoso del proceso fisiológico y
limitarse a intervenir activamente sólo en aquellos pocos casos de nacimientos
complicados. Se trata de relaciones de poder, donde el sistema médico consolida
su autoridad provocándole miedo al parto a la mujer embarazada.
¿De qué se tratan los
planes de parto que le acercan a la maternidad?
Es un resguardo frente a
éste escenario de mujeres embarazadas y sus parejas que elaboran y presentan
documentos denominados “Plan de Parto y Nacimiento” donde expresan sus
preferencias, necesidades, deseos y expectativas respecto al proceso de parto.
Procedente del mundo anglosajón, ésta fórmula permite a la mujer embarazada y
su acompañante tomarse todo el tiempo que necesite y consultar diferentes
fuentes para poder formarse una opinión y expresar sus preferencias en relación
a la atención que desean recibir. Así se evita tener que hacerlo durante el
parto, momento emocional y físico centrado en el proceso vivencial. Garantiza
la comprensión del proceso y la participación activa de las mujeres, además de
facilitar la relación y la tarea del equipo profesional. Suelen enviarse a los
hospitales o clínicas en forma de carta. Lo importante es que las decisiones
libres e informadas de las usuarias de los servicios han de respetarse independientemente
de la forma y título que le demos.
¿Por qué habitualmente
se induce el parto sin esperar los tiempos naturales?
Considero que se trata
de un problema cultural y social. Actualmente se vive de manera vertiginosa,
con ansiedad, y la mujer embarazada con su pareja no son ajenas a esto. Se
observa frecuentemente que ante una consulta a las unidades obstétricas se
“interna” precozmente a la mujer, aún sin encontrarse en franco trabajo de
parto, produciéndose un efecto en cascada, con mayor cantidad de intervenciones
médicas y efectos adversos (O.M.S). Por eso la sociedad, incluido el equipo de
salud, deben comprender la importancia de respetar los “tiempos biológicos” del
proceso de parto.
¿Puede afirmar que la
mayoría de los obstetras no tienen noción de lo que es un parto espontáneo sin
intervenciones?
Los médicos en su
mayoría no tienen experiencia en haber asistido partos no intervenidos; los
partos institucionales son muy diferentes a los partos fisiológicos.
¿Cuáles son los pasos
que se siguen de rutina cuando una embarazada queda internada para tener su
bebé?
Hay un mensaje simbólico
en las Instituciones. Es común observar que la mujer es “ingresada” en silla de
ruedas o camilla a los hospitales; en éste caso el mensaje es: “usted es
incapacitada físicamente”. Luego se le coloca una bata hospitalaria (uniforme):
“ud. es igual al resto”, se le acuesta en una cama y se la une al suero:
“cordón umbilical” de la institución. En general se le prohíbe ingerir líquidos.
Además no se le permite elegir libremente la posición en el proceso de parto.
Luego se le gotea (muy frecuentemente) hormona sintética denominada oxitocina,
y se le practica rotura de bolsa.
Ante ésta cascada de
intervenciones y prohibiciones la mujer experimenta un dolor insoportable,
mucho más allá del provocado por las contracciones naturales por lo que
lógicamente solicita “a gritos” anestesia; se le practica habitualmente
anestesia peridural; procedimiento que requiere habitualmente mayor uso de oxitocina
sintética y mayor posibilidad de efectos adversos en el bebé (por hipotensión
arterial materna y otras causas) y de parto instrumentado.
Entonces existe una
clara relación entre la inducción al parto y la cesárea…
Sí. Todo proceso
fisiológico que se interfiere innecesariamente, se dificulta, se entorpece y
complica.
¿Por qué hay médicos que
practican tantas cesáreas? ¿Cuáles son las consecuencias negativas que ésta
acarrea?
La cesárea es cómoda y
práctica para el médico. En las últimas décadas el sistema médico ha ido
instalando en la sociedad la idea de que la mejor y más segura forma de nacer
es por medio de operación cesárea. Producto de ello es que actualmente muchas
mujeres y sus parejas solicitan cesárea a “la carta”. Dr. o Dra.: “deseo programar
la cesárea para tal o cual día”. La cesárea es una operación de cirugía mayor
que entraña de 5-10 veces más riesgos de complicaciones maternas y 2-4 veces
más posibilidades de muerte materna que por parto vaginal. La operación cesárea
es un recurso maravilloso, mal utilizada daña la salud.
¿Qué acciones se
necesitan para empezar a plantear un cambio?
Es necesario e
imprescindible para lograr un cambio sustancial en el escenario del nacimiento,
que la comunidad tome conciencia de la realidad actual y sea protagonista
principal de dicho cambio. Si las mujeres supieran de la inmensa fuerza que
habita en ellas, cambiarían el escenario del nacimiento.
Más y más cesáreas
De acuerdo a la
información brindada por los entrevistados, el incremento de las cesáreas
comenzó a notarse desde hace más de una década, cuando empezó a verse muy
influenciado el trabajo médico debido a los juicios por mala praxis aumentando
el temor, no solamente en la conciencia del médico, sino también en la
conciencia de las pacientes, al pensar que la cesárea era una solución para
resolver dificultades en el parto.
Lo cierto es que la
intervención quirúrgica es más frecuente que el parto natural en la salud
privada y según Crosta, está íntimamente ligada con los tiempos del
profesional: “Es más fácil para el médico programar una cesárea, sabiendo qué
día y a qué hora va a nacer ese bebé, y no tener que esperar que se desencadene
en forma natural un trabajo de parto, algo que puede tocar en cualquier momento
y tardar muchas horas. En la parte pública eso no sucede porque nosotros
trabajamos con planteles de médicos que están de guardia. Vos venís a esta
institución a tener tu parto y te va a atender la guardia que corresponda a ese
día”.
Parto sin amor
“El modelo asistencial
vigente le ha robado el componente espiritual y emocional al nacimiento”,
reveló Baccifava. Con el correr de los años hay mayores índices de inducción
del parto, donde se utiliza la oxitocina sintética (una hormona que la mujer
libera de forma natural), provocando las contracciones que actúan sobre el
músculo del útero y desencadena el trabajo de parto.
Cuenta Crosta que con la
droga sintética se intenta provocar en pocas horas lo que a veces, en forma
natural, lleva días de evolución. “Por eso, cuando uno decide una inducción,
tiene un alto porcentaje de fracaso y termina en cesárea. La decisión de
acelerar los tiempos se debería aplicar a ciertas patologías (diabetes, o
presión alta por ejemplo) para evitar posibles complicaciones, pero se aplica
en pacientes con fecha probable de parto”. Además existen muchas pacientes que
solicitan la realización de una cesárea electiva por el temor al parto: “En
esto juegan un montón de cuestiones subjetivas que tienen que ver con que de
chiquitas a las mujeres se les va inculcando ese temor del sufrimiento al
parto, al dolor. Frases como “vas a ver lo que es un parto” configuran esta
cuestión social y cultural que hace que muchas mujeres lo soliciten”, explicó
Crosta.
La oxitocina liberada de
forma natural causa las contracciones del útero y ayuda al desarrollo natural
del instinto de protección y del cuidado del bebé después de su nacimiento. La
liberación
de esta hormona requiere
de ciertas condiciones de intimidad que la mujer persigue en el momento tan
particular por el que atraviesa. En este sentido, la asistencia en
instituciones dista mucho de poder lograr el respeto de esa necesidad, cuando,
por ejemplo, se usan luces fuertes, no se logra silencio, se coloca a la mujer
en posición de camilla o se le pregunta por cuestiones del orden de lo
burocrático como la obra social, o el minuto de la última contracción,
corriéndola del eje de su escenario. En suma, lo que perturba malogra la
liberación de la hormona, interrumpiendo el curso natural del trabajo de parto
y derivando en el uso de la hormona sintética.
El parto respetado
propone un punto intermedio entre la necesidad de la mujer actual de ser
asistida y monitoreada por equipo profesional y el acompañamiento de la
cuestión natural de la que somos parte. Hay un reclamo insatisfecho que seguirá
sonando si no se atienden las necesidades relacionadas con ese íntimo estado
emocional. Hoy con toda la tecnología uno puede evitar una complicación, pero
los entrevistados hacen visible la diferencia: “No debemos intervenir en todos
lo partos sino estar preparados para detectar aquellos en los cuales haya una
complicación o una patología que pueda afectar la salud de la madre o el niño”,
concluyó Crosta.
Recuadro
15000 nacimientos al año
se contabilizan en Rosario
4750 promedio de partos
al año en la Maternidad Martin
1800 promedio de partos
al año en la Maternidad del Roque Saenz Peña
Un 25% son cesáreas en
estas maternidades públicas
Los sanatorios privados
realizan de un 50% a un 70% de cesáreas. — en Rosario (Santa Fe - Argentina)
con Gustavo Jorge Baccifava.
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