lunes, 18 de febrero de 2013

Otra visión sobre la lactancia y la crianza del bebé


Maternidad Óleo sobre lienzo- 1893
Elin Danielson Gambogi (1861 - 1919)

El mejor método para criar a los niños: Lactancia materna y mucho contacto.

Claves que recomienda el pediatra español Carlos Gonzàlez, quien afirma que los bebés deben dormir con sus padres para tomar el pecho a demanda y que no hay que dejarlos llorar y abrazarlos mucho para evitar los cólicos.

A pesar de todos sus puntos a favor, la lactancia materna es a menudo un tema discutido. No precisamente por sus beneficios, sino porque a menudo para muchas mamás no es tan sencillo lograr una completa adaptación a este hábito tan amoroso y saludable o porque los meses pasan volando y a la hora de volver al trabajo se hace muy difícil sostener la tarea.

El pediatra español Carlos González, reconocido especialista en crianza y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna, tiene una posición definida sobre este primer peldaño de la nutrición infantil y dice que su propia experiencia como padre y como médico hace que día a día su postura se renueve, con más fuerza aún. -Mis hijos tomaron el pecho hasta casi los dos años -dice, y agrega que los tres están bien crecidos ya, todos giran en torno de los 20 años-. Pero esto es a menudo mal visto por muchos, que consideran que puede dejar traumas psicológicos... La leche materna es el mejor alimento para el niño; ninguna leche maternizada, por mejor que sea, puede igualarla. Y cuanto más tiempo la tome, mejor. La recomendación es que sea exclusiva hasta los 6 meses. 


Cuando se comienza con otros alimentos, la idea no es que reemplacen la leche materna: primero mamar y luego, si tienen apetito, aceptarán la comida. Pero nunca quitar el pecho para dar sólidos." Si bien admite que la única zona crítica de la leche materna es su bajo aporte de hierro, explica que los bebes nacen con reservas suficientes para compensar ese déficit al menos durante medio año de vida, y que una suerte de inteligencia nutricional innata les indica aceptar o no, a partir de esa edad, otros alimentos (por ejemplo, carnes) cuando se les ofrecen. 


-Si un niño toma el pecho hasta saturarse y luego no quiere más no pasa nada -afirma-. Lo malo es que pase al revés. Que pruebe otra cosa y deje la leche de lado. Y eso es algo que a la gente le cuesta entender: existe la creencia popular de que lo que alimentan son las papillas. Pero lo que alimenta de verdad es la leche y los otros alimentos sólo deben dárselos al niño para que su paladar vaya acostumbrándose a otros sabores. No hay nada mejor que la leche materna. Que el biberón fuera estupendo, en realidad, sólo lo dijeron los fabricantes. Claro, ellos qué iban a decir.


El doctor González, nacido en Zaragoza, de 51 años, defiende la postura de que el bebe debe mamar a libre demanda. Esto significa sin horarios establecidos y cuando lo desea: eso mejora muchísimo las probabilidades de que se adhiera a la lactancia, aunque no garantiza que adopte con rapidez un ritmo definido. Hay que tener un poco de paciencia, señala. "Su hijo sabe si tiene hambre, el reloj no -escribe el pediatra en uno de sus libros más famosos "Mi niño no me come"- La mayoría de los bebes toma el pecho entre ocho y doce veces al día, irregularmente distribuidas. Suelen tardar en cada pecho 15 a 20 minutos en las primeras semanas, mientras aprenden, pero hacia los 2 o 4 meses suelen mamar muy rápido, en 5 o 7 minutos o incluso menos. (...) Si le da el pecho cuando lo pide, y le deja el tiempo que quiera, su hijo siempre tendrá la leche que necesita."

¿Cómo pone en práctica lo de a libre demanda una mamá que trabaja fuera de la casa?

El pediatra español dice que es más sencillo de lo que se cree: dar de mamar bien temprano (incluso hasta dos veces), juntar leche con el sacaleche y poner el pecho a disposición una vez que la madre y el niño se reencuentran.
Para garantizar la libre demanda hay un aspecto que González enfatiza: el bebé debe compartir la cama con sus padres, una conducta que muchos desaconsejan pero que él mismo practicó en el seno de su familia y que asegura que el niño se alimente cuando tenga hambre y que la mamá pueda descansar. Normalmente antes de empezar a llorar ya llevan un buen rato buscando el pecho por las buenas. Cuando no lo encuentran, empieza el llanto". "No hay ninguna dificultad en que el bebe duerma en la cama, con sus padres, para mamar cuando lo desee. Muchos niños cuyas madres trabajan duermen la mayoría del tiempo en que ellas no están a su lado y luego recuperan lo que no han comido. Un bebe puede tomar el pecho muchas veces durante la noche sin siquiera despertar a su mamá", ilustra. 


Contra lo que algunos colegas suyos han afirmado y postulado acerca de los problemas de los bebés y niños para dormir, Carlos González dispara munición gruesa: "Nada de duérmete niño y de dejarlos llorar solos en su cuarto -afirma-. 


A los niños hay que criarlos con mucho amor y contacto; nunca se los debe dejar llorar sino consolarlos en brazos. Me preocupa mucho cómo se ha extendido esa idea de que a los niños no hay que tenerlos en brazos, hay que dejarlos llorar, y que no duerman con los padres. Se ponen límites a estas conductas que deberían ser naturales y lo que se está provocando es una barrera enorme entre la madre y sus hijos y eso, a la larga, probablemente acarrea problemas de comunicación y de disciplina. Los adultos sabemos bien que para mantener una buena relación necesitamos el contacto. 

¿Por qué no aplicarlo con nuestros hijos?."

Carlos González va todavía más allá, y dice que la actual generación de chicos y adolescentes –al menos, en occidente- es la que menos afecto ha recibido a lo largo de toda la historia. Lo único que quiere un bebé es estar en brazos de su madre, como lo estuve yo cuando era un niño –asegura-.
Antes los niños no iban a la escuela hasta los seis años, van al jardín maternal desde antes de caminar, entran antes de las 8 porque los padres trabajan, en las vacaciones van a las colonias, después de clase tienen actividades… Es justo esta generación, a la que no han dado contacto, la que de adolescentes tienen muchos problemas… y dicen que es porque han sido malcriados. Yo no estoy tan de acuerdo con eso…


-Usted dice algo muy interesante también acerca de los cólicos del lactante… ¿Es cierto que muchas veces se debe a falta de contacto?
-Sí. Se llama cólico al llanto excesivo en la infancia y normalmente no tiene que ver con dolor de barriga ni con otras enfermedades. Hay un cajón de sastre y seguro que hay muchísimas causas. Existen algunos casos muy raros causados por alergias. Pero son los menos. Creo que la más frecuente es la falta de contacto físico. En las sociedades en que los niños van todo el día colgados de su madre, no se conoce el cólico.

Más información
http://www.acpam.org

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