lunes, 18 de febrero de 2013

La fuerza del cariño


Domingo 09 de octubre de 2011 | Publicado en edición impresa
Primer plano
Uno de sus hijos nació con una malformación congénita, lo que la impulsó a crear una fundación solidaria. Salteña, de 47 años, Silvina Isasmendi es, también, una modelo bien real en la campaña de una marca de ropa femenina
Por Fabiana Scherer  | LA NACION

Ayudar. "Nunca fui frívola, pero hubo un momento
en que me pregunté cómo nunca había visto la necesidad de la gente". 
En Salta todos la conocen por Chavo, no por el de la famosa vecindad sino por el apodo con el que la bautizó su tío. Parece un chivito, ¡salta, salta todo el día!, decía, y así Silvina Isasmendi pasó a ser Chavo. "Es que corría de un lado para otro -dice al recordar su infancia junto con sus cinco hermanos en las afueras salteñas, rodeada de gallinas, caballos, vacas, chanchos y algún que otro cabrito-. Cuántos recuerdos, fui muy feliz", reconoce la mujer que hoy, a los 47 años, es madre de tres hijos varones (Miguel, de 24 años; Santiago, de 20 y Agustín, de 16) y uno de los rostros de la campaña Mujeres apasionadas, de Ver, la marca de ropa femenina (recuadro aparte). "Me casé a los 21 años -cuenta- y me fui a vivir a San Pedro de Jujuy, casi en la frontera con Bolivia, en donde nacieron mis primeros dos hijos. Mi marido es ingeniero agrónomo, así que decidí seguirlo". Ocho años estuvo en aquella zona de clima subtropical con estación seca, que favorece el cultivo de tabaco, porotos, soja y caña de azúcar. "Entre la crianza de mis hijos me hice tiempo para colaborar con el hospital público del lugar."

-¿Qué es lo que hacía?
-Cuidaba a los bebes prematuros, los alzaba, les daba la mamadera. Era un hospital con muchas necesidades y toda ayuda era bien recibida.
La veta solidaria de Chavo ya estaba presente y se acrecentó aún más con el nacimiento de Agustín, su tercer hijo. "Fue un fuerte impulso para darle otro sentido a mi vida", confiesa. Agustín nació con una malformación congénita y hoy, con 16 años, está en silla de ruedas, la mayoría del tiempo acompañado por un enfermero. "Tenía siete meses de embarazo cuando dieron con el diagnóstico (espina bífida abierta) y tomé conciencia de la gravedad de la enfermedad. Lloré, y mucho -hace una pausa-. Hablé con mi marido y le dije que teníamos que luchar, que no nos podíamos quedar de brazos cruzados."

No fue fácil. No lo es. "Paso a paso, día a día. Agustín ya lleva cerca de 13 cirugías, la mayoría las hicimos en Buenos Aires, en el Hospital Italiano". Y en los pasillos del hospital, Silvina comenzó a tomar contacto con otra realidad. "Nunca fui una frívola -reconoce-, pero hubo un momento en que me pregunté adónde estaba, cómo era que nunca había visto la necesidad de la gente."

Dice ser muy creyente y sin duda esa fue una de las razones por las que no bajó los brazos; al contrario, los levantó aún más. "Si Dios nos mandó esta dificultad fue por algo; estoy convencida de que fue el de arriba quien me dijo que hiciera algo". Y ese algo cobró vida y se transformó en la Fundación Alegría, que hoy se conoce como Fundación por nuestros niños de Salta. Nació hace 14 años con el objetivo de trabajar desde una ONG por la salud de los niños pertenecientes a familias sin recursos. En el barrio La Loma, en el noroeste de la ciudad de Salta, funciona el centro comunitario en el que se desarrollan tareas asistenciales y sociales. "Buscamos facilitar la atención primaria de la salud desde los aspectos físicos y psíquicos -enfatiza Chavo-. Estamos estudiando las necesidades de los vecinos para trabajar junto con otras organizaciones y replicar los programas". En el barrio Roberto Romero ya se está trabajando en la que será la otra sede de la fundación.
Cuando mira hacia atrás, Chavo no puede creer lo que logró en todo este tiempo. "¿Yo hice esto? -se pregunta-. Ahora por suerte somos muchos los que estamos trabajando y es maravilloso ver lo que se puede lograr."

Pasó momentos muy difíciles. "Todas las heridas cicatrizan. La vida es maravillosa y hay que disfrutar de cada momento, sin perder la sonrisa".
POR SOBRE TODO, AUTENTICAS
"Son muchas las mujeres que están saturadas del supuesto modelo ideal, tan lejano al de la realidad -explica Ana Tello, jefa de Imagen y Comunicación de Ver-. Desde hace tres temporadas transitamos con la marca por un camino diferente, al convocar a mujeres "reales" como protagonistas de las campañas."

Con el objetivo de mostrar una belleza viva y por sobre todo auténtica, Ver realizó una búsqueda federal para encontrar a las protagonistas de la campaña primavera-verano, protagonizada por: Silvina Isasmendi (entrevistada en estas páginas), Carolina Rodríguez Hunter (maestra jardinera), Irene Sexer (clown, actriz y directora artística de la ONG Alegría Intensiva) y Maya Kerschen (periodista, conductora y editora).

A Chavo no es la primera vez que le ofrecen posar frente a la cámara como modelo. Pero sí es la primera vez que acepta. "Me gusta la idea de pensar que la campaña resalta a la mujer común -reconoce-, que mi historia puede dar fuerza a alguien que esté pasando por una situación difícil."


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