martes, 13 de agosto de 2013

“Historias de Lactancia Materna”

Continúo con la sección gracias a mis maravillosas lectoras que me están enviando sus relatos ¡sois fantásticas!

Hoy tenemos la historia de Susana, una mamá que ha defendido su lactancia a pesar de que su hija ha ido creciendo fuera de los dichosos percentiles. Además Susana escribe sus experiencias personales sobre maternidad en su blog Mi maternidad en un minuto.

Aquí os dejo con su historia:

Hace casi dieciséis meses nacía mi hija. Durante el embarazo, apenas leí nada porque no quería que las opiniones de otras madres, especialmente, las negativas, me influyesen.
Lo que sí me quedo claro fue, de la mano de Carlos González, la recomendación de la OMS de que la lactancia materna debe prolongarse hasta los dos años y, de forma voluntaria, hasta que madre e hij@ decidan.

La lactancia era un mecanismo totalmente desconocido para mi, tan sólo sabía que debía ser a demanda. Después vino el aprendizaje del funcionamiento del oro líquido que es la leche materna, como que, al digerirse rápidamente, es prácticamente imposible que el bebe aguante tres horas sin comer si no es con ayuda de biberones y chupetes.

Lo que tuve muy claro cuando mi hija nació, fue que quería darle el pecho. Lo que fue un primer reto de seis meses de lactancia exclusiva, se ha prolongado a la meta de veinticuatro y, cuando la alcancemos, lo que me hija decida.

La mayor intranquilidad ha sido que mi pequeña ha presentado una línea de crecimiento propia, ascendente y continua, pero fuera de los dichosos percentiles. En sus primeros días de vida, costaba mucho despertarla de su profundo sueño, y a menudo se quedaba dormida con el pecho en la boca.

En cuanto a comentarios, he escuchado de todo y me han afectado especialmente los provenientes de mi familia, aunque un buen día decidí hacer caso omiso y ya apenas me afectan, pudiendo decir que llevamos dieciséis meses de feliz lactancia materna sin ningún tipo de suplementos.

Cuando hubo que comenzar con la alimentación complementaria, opte por darle trozos, y a día de hoy, mi hija come prácticamente cualquier alimento. Es impresionante la fuerza que tienen en las encías y lo bien que mastican los bebés.

Para la consolidación de la lactancia, las asociaciones han jugado un importante papel: el blog de Pilar maternidad continuum, Getalma, La Liga de la Leche y, por supuesto, una pediatra respetuosa con la lactancia materna que nunca nos ha recomendado suplementos.

Para mí, la lactancia materna tiene muchas ventajas, desde llevar la comida encima, hasta disfrutar de un contacto físico con mi hija que, si no mamase, no sé hasta que punto se produciría, al menos con la frecuencia que tiene lugar.

Y, para terminar, comentar que, en varias ocasiones, he asistido a formaciones en lactancia para profesionales, y la última vez me sorprendió que una de esas profesionales sanitarias, secundada por otras, comentara que la lactancia prolongada, en ocasiones, le impide al niño comer lo que debe y que, cuando se utiliza como postre, elimina la posibilidad de que ingiera este plato en forma de fruta o lácteo. Como veis, la ignorancia no tiene límites, y estas profesionales se declaran a sí mismas defensoras de la lactancia.

La lactancia es cosa de mamás y entre nosotras nos entendemos a las mil maravillas. Para compartir mis experiencias con la maternidad, cree mi propio blog, tratando de aportar mi pequeño grano de arena a la comunidad de mamás lactantes que hay en todo el mundo.

¡Muchas gracias Susana por esta historia tan preciosa y felicidades por tu blog!

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