Por Nora Bär | LA NACION Jueves 13 de junio de
2013 | Publicado en edición impresa
Aunque a veces se las
olvide, las cifras del sida son todavía abrumadoras. Cada minuto, una mujer
joven se infecta con el VIH. Y cada año, son 2,6 millones de personas (de las
cuales 370.000 tienen menos de 15 años) las que contraen la infección. Pero, a
pesar de que aún no hay forma de curarlo definitivamente, para el médico
argentino residente en Canadá Julio Montaner hay razones para ser optimistas:
hoy se sabe cómo controlar la transmisión del VIH.
"Si se amplía el
testeo y se trata a todas las personas que viven con el virus, se reduce la
transmisión, y la epidemia puede frenarse drásticamente -dice Montaner, que
vino a la Argentina para participar del Congreso de la Sociedad Argentina de
Infectología-. La mejor arma para prevenir la transmisión del VIH es el
tratamiento de los que están infectados."
Dentro de dos semanas,
las nuevas guías para el tratamiento del sida que se presentarán en la
conferencia mundial sobre la especialidad incluirán la estrategia que este
argentino nacido en el barrio de Caballito y padre de cuatro hijos probó en
2006 y que en 2011 fue elegida uno de los avances del año por la revista
Science.
"Dentro de las
nuevas guías terapéuticas de la Organización Mundial de la Salud estarán las
medidas que nosotros desarrollamos", cuenta el especialista, que ayer
recibió la Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento en el Senado de
la Nación rodeado de su familia.
Montaner jugó un papel
importante en el descubrimiento del tratamiento con antirretrovirales de alta
efectividad. "Lo digo con gran orgullo, porque se lo copié a mi padre, que
era tisiólogo: el tratamiento de combinación para el sida está inspirado en el
de la tuberculosis -recuerda-. En 1996 estábamos organizando la Conferencia
Internacional de Vancouver y ese evento nos dio el podio para presentar ante
los colegas la estrategia de terapia triple como una nueva herramienta
terapéutica. Para 2000, ya vimos una caída muy importante en la progresión de
la mortalidad y habíamos cambiado dramáticamente el curso de la enfermedad.
Pero especialmente lo que vimos es que el número de infectados por año caía en
forma proporcional a la cantidad de personas que tratábamos: reducir la
progresión de la enfermedad tenía un efecto secundario que se traducía en que
también frenábamos el avance de la epidemia. Era como sustraer donantes
potenciales de VIH de la comunidad. Nos entusiasmamos porque vimos que el mismo
fenómeno estaba involucrado en la transmisión vertical."
El éxito del que habla
Montaner puede ilustrarse con cifras: en la Columbia Británica, donde trabaja,
en los últimos siete años hubo sólo dos casos de transmisión vertical (de madre
a hijo). "O sea que cuando se habla de alcanzar una generación sin VIH
nosotros decimos que, por lo menos en lo que hace a los bebes, ya está",
se entusiasma.
Con esos datos en la
mano, Montaner convenció al gobernador de su provincia de que en lugar de
invertir más dinero, una parte muy importante de la estrategia para eliminar la
morbimortalidad era tratar a todos los que vivían con VIH. "El retorno de
la inversión aumenta en forma exponencial -subraya-. Gastar un poco más al
principio en realidad permite ahorrar dinero. Porque si en lugar de tratar al
20% de los infectados uno trata al 80%, en un año reduce una gran cantidad de
las infecciones. Cuando se trata a todos los infectados también les está
ofreciendo un beneficio a los no infectados."
Actualmente, se calcula
que para 2015 habrá unos 15.000.000 de personas con VIH en tratamiento. Con los
nuevos lineamientos serán 25.000.000 o más, porque aconsejan tratar a las
embarazadas y a las personas con tuberculosis sin importar el nivel de CD4
(linfocitos responsables de la respuesta inmune) que tengan.
"En 2011 tuvimos
dos millones y medio de nuevas infecciones. Nosotros desarrollamos un modelo
matemático que indica que, si seguimos como hasta ahora, en 2030 tendríamos
tres millones y medio. Es como una hipoteca que te come vivo -ilustra
Montaner-. Yo pido que me avances el depósito cinco años. Si me lo das hoy, la
epidemia frena, como uno frena ante una luz roja."
Si se implementan
adecuadamente los lineamientos que se van a anunciar dentro de dos semanas, el
número de nuevas infecciones caería por debajo de un millón dentro de los
próximos tres años y por debajo de 500.000 dentro de diez a quince años. La
experiencia de Montaner en la Columbia Británica es convincente: lograron un
descenso de la morbimortalidad de más del 90%, del 90% en la mortalidad y del
60% en las nuevas infecciones.
"En los años
noventa diagnosticábamos entre 800 y 900 casos por año -detalla-. En 2012, en
la Columbia Británica se diagnosticaron 238. Nos ahorramos 600."
Claro que implementar
estos programas, además de dinero, cuesta mucho trabajo. Entre otras cosas, se
requiere mantener una pesquisa continua. "Nosotros tenemos el testeo [para
el VIH] normalizado en los centros de salud -cuenta-: ya no preguntamos más a
los pacientes si quieren hacerse la prueba del sida. Les decimos: «Si usted
tuvo un encuentro sexual en las últimas cinco décadas, tiene que hacérselo». El
éxito más grande lo tuvimos entre los usuarios de drogas endovenosas. En los
años 90, diagnosticábamos 400 casos por año, en 2012, diagnosticamos 29."
Según la visión de
Montaner, no se trata simplemente de ofrecer la medicación, sino especialmente
de buscar a los pacientes, testearlos, ayudarlos, incentivarlos (por ejemplo,
ofreciéndoles comida, albergue y hasta algún estipendio). Con recursos como
éstos logró que la tasa de cumplimiento del testeo en adictos fuera de más del
90%.
"En todo el mundo,
los sistemas de salud están organizados como le conviene al médico -destaca-.
Cuando tenés una situación crónica como el VIH, hay que erradicar estas
barreras sutiles que impiden el acceso de los pacientes. Hay que eludir esa
perversión darwiniana por la cual los que tienen más recursos o son más hábiles
logran extraer del sistema lo que es un derecho humano. Y los que no tienen esa
capacidad o esa posibilidad porque tienen una enfermedad mental o son
drogadictos son los que sufren. Lo que vimos es que si seguimos descuidando a
las poblaciones más vulnerables se perjudican todos."
Montaner y su equipo
también compararon la efectividad del tratamiento con antirretrovirales en
personas con VIH con la profilaxis previa a la exposición utilizando dos drogas
en lugar de tres. "Si tomo el tratamiento, las chances de que mi pareja se
contagie bajan más del 96% -detalla-. Con dos drogas, disminuyen un 50%, y si
las toma superbién, hasta el 80%. El tratamiento de todos los infectados es la
estrategia más efectiva. Y el retorno de la inversión es altísimo."
Y se esperanza:
"Hoy podemos decir que el final de la epidemia de sida ya comenzó".
HITOS EN LA LUCHA CONTRA
EL VIH
Con los nuevos avances,
se abre un escenario esperanzador
1981
El comienzo de la historia
El comienzo de la historia
El 3 de julio, The New York Times hizo pública la noticia de
que investigadores de los centros de control epidemiológico de los EE.UU. (CDC)
habían detectado una extraña enfermedad en hombres que tenían sexo con hombres.
Para fines de ese año ya se habían diagnosticado 422 casos y 159 muertes
1985
La primera conferencia internacional
La primera conferencia internacional
Se desarrollaron los primeros test para detectar anticuerpos
contra el VIH y se comenzaron a testear los productos de la sangre. El CDC, de
los Estados Unidos, organizó la 1° Conferencia Internacional de Sida. Ese año,
en los EE.UU. ya se habían registrado 22.996 casos de sida y 12.592 muertes.
Uno de los que fallecieron fue el actor Rock Hudson
1996
Terapia antirretroviral
Terapia antirretroviral
Ensayos clínicos demostraron la eficacia de la Terapia Antirretroviral
Altamente Activa (Haart), que rápidamente se convirtió en el tratamiento
estándar. Simultáneamente, se desarrolló un equipo para monitorear la carga viral.
Comenzaron a disminuir la mortalidad y las hospitalizaciones
2013
Frenar la epidemia
Frenar la epidemia
Las nuevas guías terapéuticas que se difundirán en la
próxima Conferencia Internacional de Sida, que se realizará en Kuala Lumpur
dentro de dos semanas, aconsejarán ofrecer el test del VIH al mayor número de
personas y el tratamiento antirretroviral a todos los que vivan con el virus.
De ese modo, se espera reducir drásticamente la morbimortalidad y también la
transmisión del virus.
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