Todas las mamás trabajan.
Criar un hijo, nutrir a una familia, es uno de los trabajos más importantes para la sociedad.
Algunas madres, por necesidad o elección, además de trabajar como tales
tienen un empleo fuera de su hogar. Se dice que estas mujeres tienen un carga
de trabajo doble: por un lado su empleo rentado y por el otro, todas las
tareas domésticas y de cuidado una vez que regresan al hogar. Algunas son
madres jefas de hogar. Otras tienen pareja que participan de la crianza y las
tareas domésticas.
Una madre que amamanta y trabaja fuera de su hogar necesita apoyo. Las leyes
argentinas brindan un marco mínimo de contención: licencia por maternidad de
12 semanas (el mínimo propuesto por la Organización Internacional del
Trabajo) y una hora de lactancia durante el primer año de vida. Las madres
que cuentan con un centro de cuidado o guardería en su lugar de trabajo o muy
cerca de él pueden usar esa hora de lactancia para ir a amamantar a su bebé.
Otras madres que no tienen a sus hijos cerca durante el horario de trabajo
usan ese tiempo para extraerse leche que sus hijos tomarán en su ausencia.
La situación ideal sería que las madres pudieran quedarse con sus hijos durante el tiempo que dura la lactancia materna exclusiva (6 meses). Existe en Argentina un movimiento que promueve una licencia por maternidad con seis meses efectivos posparto. Este cambio exige, además de leyes, un cambio de paradigma en la manera que pensamos la crianza. Criar a un hijo es un acto social aunque se ejerza en la esfera privada. Estamos formando una parte de la sociedad, y un ser humano bien vinculado y criado nos beneficia a todos. En ausencia de un posnatal de seis meses, y aun como complemento del mismo, los centros de cuidado infantil en el lugar de trabajo o muy cerca de ellos son necesarios para mantener la lactancia exclusiva y cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: seis meses de lactancia exclusiva y continuando después hasta los dos años o más. Los bebés amamantados se enferman menos, y si la madre puede amamantar a su bebé en el medio donde él o ella pasa sus días, le transferirá los anticuerpos a los patógenos a los que está expuesto y el bebé se enfermará menos todavía. Si la madre no tiene acceso a un centro de cuidado y no puede amamantar a su bebé, deberá extraerse leche para mantener su producción y para que su bebé la tome cuando ella no esté. La extracción de leche es una habilidad que se adquiere con práctica. Puede hacerse de manera manual o con un sacaleches mecánico o eléctrico. Una de las preocupaciones de las madres es cómo conservar la leche que se extraen, como manejarla y cómo resolver los problemas que puedan surgir. También preocupa cómo ofrecer la leche al bebé y cuánto darle cada vez. Es importante que la persona o personas que cuiden al bebé sepan cómo manejar la leche materna, reconozcan el valor de mantener la lactancia y apoyen a la madre. Centros de cuidado amigos de la madre y el niño serán centros donde la lactancia materna se considere un valor que hay que proteger. Otra de las preocupaciones es cuánta leche recibirá el bebé en cada toma. Es posible trabajar y amamantar, muchas madres en todo el mundo lo hacen. Es importante informarse de antemano y buscar apoyo de otras madres que estén amamantando o que lo hayan hecho, investigar y explorar alternativas, sumar a la familia, compañeros de trabajo y supervisores. Encontrar quien te dé aliento cuando parezca difícil, elegir lo mejor para vos y tu familia y apoyar las iniciativas que garanticen a los bebés el derecho a recibir la leche de sus mamás. Este documento tiene fines informativos y no reemplaza la atención médica. Preparado por: V. Garea IBCLC
©GALM
Bariloche. Permitida la reproducción sin modificaciones y citando la fuente.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!