Written by Pilar Martinez / 24/04/2013
Cualquier persona que
haya tenido hijos lo sabe, desde el momento en que te enteras de que estás
esperando un bebé el nivel de consejos no solicitados aumenta exponencialmente.
Tanto, que probablemente recibes más consejos y críticas en este periodo que en
toda tu vida.
Al principio los aceptas
encantada, entiendes que lo hacen por tu bien e incluso intentas hacer caso…pero
resulta que muchas veces se contradicen! la vecina te dice que si estás
embarazada debes reposar y tu madre te dice que lo mejor es caminar todos los
días al menos una hora
Poco a poco te empiezan
a molestar. Recuerdo una vez que estando embarazada de mi primera hija, una vez
superados varios meses de vomitar continuamente, salí a cenar con unos amigos y
se me antojó una pizza con peperoni…pues justo cuando iba a dar el primer
bocado a mi suculenta pizza escucho “las embarazadas no pueden comer picante para
evitar la acidez” ¡ese comentario si que me dio acidez! ¡con las ganas que
tenía de comer algo sin vomitar!
Pero cuando el bebé
llega la situación empeora y cualquier cosa es opinable: si sales a pasear con
el bebé porque deberías estar en casa calentitos, si no sales porque deberías
salir para tomar el sol, si le coges en brazos porque no deberías hacerlo para
que no se acostumbre, si no lo coges porque deberías cogerlo para que no
llore…cuando digo cualquier cosa es cualquier cosa.
Ya sé que en un mundo
perfecto todos deberíamos poder debatir sin agobiarnos, escuchar opiniones
diferentes a las nuestras sin sentirnos atacados y dar nuestros motivos sin
atacar pero el mundo no es perfecto…muchas críticas tienen muy mala leche y las
hormonas de las mujeres puérperas pueden jugarles una mala pasada, así que lo
normal es que las críticas nos sienten mal.
Por otra parte, si
tenemos en cuenta que las críticas a la crianza de los hijos se podrían
considerar como un tipo de violencia (aqui puedes ver por qué digo esto) es
complicado gestionarlas sin que te amarguen el día, pero hay algunas cosas que
se pueden hacer:
La información es poder
Normalmente cuando estás
informado de un tema, sueles tener más argumentos para tomar una decisión y
para defenderla posteriormente cuando recibes una crítica. Si tu decisión está
basada en las modas o en lo que dice tu suegra, será más fácil hacerla
tambalear.
Por ejemplo si decides
dar el pecho a tu bebé y te informas bien, luego es más difícil hacerte dudar
de tu capacidad para lactar o si has leído mucho sobre el colecho y decides
dormir con tu bebé, será más complicado que te creas esas historias para no
dormir ”nunca lo sacarás de tu cama!” y
demás chorradas.
Menos es más
Hay personas que
critican por el placer de hacerlo, no es que lo hagan por tu bien ni con el
ánimo de ayudarte. Más bien se sienten atacadas porque ellas educan de forma
distinta o simplemente son personas tóxicas que les gusta hacer daño.
En este caso cuanta
menos información tengan, mayor será tu nivel de tranquilidad (y esta relación
es completamente proporcional).
Ejemplos prácticos:
- ¿Y cómo duerme el
bebé? estupendamente, muchas gracias (aunque se haya despertado 10 veces
durante la noche. Para resolver esto puedes buscar ayuda donde te quieran
ayudar de verdad)
- ¿Qué tal se engancha
en la teta? Muy bien gracias (aunque tengas grietas y tengas que acudir al
Taller de Lactancia de tu barrio)
- ¿Es bueno el bebé?
Claro, todos los bebés son buenos (porque de verdad que todos lo son)
- ¿Llora mucho? Lo
normal en un bebé
- etc.
Empoderamiento
Parece que últimamente
es la palabra de moda pero es que es muy importante. Cuando te sientes
empoderada con tu decisión, te sientes segura y eres capaz de ser asertiva y
responder “muchas gracias por tu opinión pero yo prefiero hacerlo de otra
manera” o mi frase favorita en estos casos “en mi casa preferimos hacerlo así,
gracias” todo cambia de color.
Cuando tienes claras tus opiniones no sientes
la necesidad de defenderte porque no sientes que te estén
atacando
Te das cuenta de que
llevas una especie de armadura que te protege de sentirte herida por las
palabras ajenas. No es que no escuches otras opiniones, nada de eso…es
simplemente que no sientes la necesidad de defenderte porque no sientes que te
estén atacando.
Hace falta mucho trabajo
interior para llegar a eso y puede haber retrocesos…pero sin duda es el mejor
estado.
¿Y vosotros sufrís
muchas críticas por vuestra forma de criar? ¿tenéis más ideas para llevarlas
mejor?
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