¿Cómo se enfrenta la
gente a las situaciones difíciles? ¿Qué es aquello que nos permite adaptarnos a
situaciones traumáticas como la pérdida de un ser querido, un trabajo, o
incluso cuando nos anuncian que tenemos una enfermedad grave? La respuesta a
por qué nos adaptamos, se llama resiliencia.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la
capacidad de afrontar las adversidades y lograr adaptarse ante las tragedias,
los traumas, las amenazas o el estrés severo.
Que seamos resilientes
no significa que no experimentemos dificultades o angustias, ya que en algún
momento de nuestras vidas todos sentimos tristeza, incertidumbre, malestar o
dolor, ya sea físico o emocional, sino que a pesar de todos los obstáculos que
se nos presenten y el gran impacto que tengan las situaciones en nosotros, aun
así, somos capaces de sobreponernos e ir adaptándonos bien a lo largo del
tiempo.
Todos en cierta medida
hemos podido ser resilientes en algún momento de nuestras vidas, pero sobre
todo en la actualidad, debido al crítico momento económico que nos afecta,
podemos decir que hay muchas personas resilientes.
Además, la resiliencia
no es algo que podemos tener o no, sino que son un conjunto de pensamientos,
emociones y conductas que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier
persona.
¿Qué contribuye a que
seamos más resilientes?
Muchos estudios
demuestran que el apoyo emocional es uno de los factores más importantes que
intervienen a la hora del desarrollo de la
resiliencia. El tener cerca de nosotros a personas que nos proporcionan
cariño, apoyo y confianza puede hacernos mucho más resilientes.
Otros factores asociados
son:
Una visión positiva de
nosotros mismos, confiando en nuestras fortalezas y debilidades.
Habilidades en la
comunicación y solución de problemas. Ver los problemas como retos a superar y
no como posibles amenazas.
Capacidad para hacer
planes realistas, así como un buen manejo
destreza sobre los sentimientos e impulsos fuertes. (Capacidad de
autocontrol).
¿Cómo son las personas
resilientes?
Las características
fundamentales de las personas resilientes son:
Aceptar la realidad tal
cual es.
Creer en que la vida
tiene sentido.
Capacidad para mejorar.
Además, pueden presentar
otras habilidades como saber controlar sus emociones, ser empáticos, saber
identificar de manera precisa las causas de los problemas, y considerarse
competentes y confiados en sí mismos.
Pero una de las
características más importantes es su modo de pensar, su estilo de pensamiento.
Una persona resiliente tiene un pensamiento realista, y flexible.
¿Qué hacer para
desarrollar la resiliencia?
Como hemos dicho
anteriormente, la resiliencia no es algo que tengamos algunos y otros no, sino
que son una serie de habilidades y actitudes que podemos llegar a desarrollar.
¿Cómo? A continuación, os indicamos algunos consejos para ello:
-Establecer relaciones.
Ya hemos mencionado que el apoyo emocional es uno de los factores más
importantes que nos ayudarán a que seamos más resilientes. Tener buenas
relaciones con los demás, aceptando la ayuda y el apoyo que nos ofrecen así
como ayudar a otros que lo necesitan, fortalece nuestra resiliencia.
-Pensamiento realista,
pensamiento constructivo. No podemos evitar que ocurran eventos amenazantes, o
que produzcan mucha tensión, pero sí podemos cambiar nuestra manera de
interpretarlos y reaccionar ante ellos. Ver los problemas como retos a superar,
desde una perspectiva amplia, pensando que tenemos la capacidad suficiente de
afrontarlos y encontrar posibles soluciones.
-Aceptar la realidad,
aceptar que el cambio es parte de la vida.
-Confía en ti mismo. No
podemos saber lo que podemos hacer hasta que no lo intentemos, incluso nos
sorprenderemos a veces, de todo lo que podemos lograr nosotros mismo.
-Desarrolla metas y
objetivos, y actúa.
-Busca oportunidades
para descubrirte a ti mismo. Muchas veces tras superar un acontecimiento
estresante o una adversidad, experimentas un crecimiento personal. Aprendemos
algo nuevo sobre nosotros mismos.
Hay muchas otras formas
para desarrollar nuestra capacidad de resiliencia, sólo tenemos que identificar
aquellas actividades que nos permitan construir nuestra estrategia personal
para desarrollarla.
Por último una frase
para reflexionar:
“La curiosa paradoja es
que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar.”
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