Señor Director: "Sí, todavía hay esperanzas. Me refiero a la conducta de las personas y especialmente a la de los choferes de colectivos. Siempre nos quejamos de ellos, de su maltrato a los pasajeros, de sus violaciones de las normas de tránsito, etcétera. Pero días atrás ocurrió algo especial. Tomé un colectivo en Santa Fe y Suipacha y me llamó la atención que el chofer me hiciera entrar por la puerta de atrás. Al preguntarle si la de adelante no funcionaba, me contestó que no la abría porque en los escalones se había refugiado un gorrión y temía que, si lo hacía, éste bajara a la calle y un auto lo pisara. "Así siguió por unas 15 cuadras, levantando pasajeros por la puerta posterior. Al llegar a la plaza Rodríguez Peña se detuvo y, ayudado por una pasajera, puso al gorrión en el pasto. "¿No es extraordinario y reconfortante que, en estos momentos de indiferencia y agresividad, una persona -en este caso un chofer de colectivo- haya protegido una vida, la de un pequeño gorrión? No todo se ha perdido."
Elida Suberville Goly29@hotmail.com
Esta carta de lectores me parece un sueño, una película de amor, me emociona hasta el llanto, me hace feliz. El ser humano tiene una capacidad tan grande de dar, por el solo hecho de dar, que es muy reconfortante, genera esperanza, y estoy segura que hay muchísimas más personas generosas, amables y que se preocupan por el prójimo y que no necesitan ninguna publicidad, son así porque son personas buenas.
Como me enseño mi mamá todos los días hagamos una buena acción y nuestra alma se verá colmada de bienestar.
Luisa Bengolea
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1224165
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