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Lunes 04 de noviembre de
2013 | Publicado en edición impresa
Lo hace tras palparse un
nódulo de entre 1,5 y 3 cm; la Sociedad Argentina de Mastología insiste en la
importancia del control médico
Por Fabiola Czubaj | LA NACION
Más de la mitad de las
lesiones mamarias sospechosas todavía se detectan en casa y no en los controles
médicos periódicos recomendados para las mujeres de mediana edad en adelante.
Así lo revelan los resultados preliminares de la primera gran base de datos del
cáncer de mama hecha totalmente en la Argentina.
Esto significa que el
principal motivo de consulta por esta enfermedad en el país todavía sigue
siendo la autodetección de "un bultito" en un pecho.
"El [éxito del]
autoexamen es el fracaso del diagnóstico precoz", dice Roberto Castaño,
presidente de la Sociedad Argentina de Mastología (Samas) y jefe del Servicio
de Ginecología del Hospital Alemán.
La entidad elaboró el
primer Registro de Cáncer de Mama para conocer más de 236 características o
variables de cada una de las pacientes atendidas en los hospitales, sanatorios
y consultorios de todo el país.
Los resultados confirman
lo que se suponía: el 54,3% de las mujeres con un tumor mamario concurre al
médico porque se palpó algo sospechoso. Es decir, llegan a la consulta con un
nódulo avanzado, de entre 1,5 y 3 centímetros. Esto demuestra que prevalecen
enormes desigualdades territoriales en el acceso al control mamográfico.
"Esto nos muestra
una realidad de infraestructura y acceso en el país. La mayoría de las
pacientes que se atienden en centros privados llegan con lesiones pequeñas y no
palpables, mientras que las pacientes de los hospitales públicos consultan con
tumores de más de 2 cm de diámetro", agregó Castaño sobre la información
presentada en el último Congreso Europeo de Oncología en Amsterdam, Holanda.
Allí, estos primeros
resultados de una base de datos de más de 8000 mujeres de 40 centros del país
despertaron el interés de la Agencia Internacional para la Investigación del
Cáncer de la Organización Mundial de la Salud porque pertenecen a una población
femenina que no es la de Europa ni la de los Estados Unidos.
"Llevamos un primer
corte fotográfico de más de 4000 pacientes y pensamos que tendría poca
repercusión, pero no fue así", contó el doctor Roberto Elizalde,
coordinador del RCM y vicepresidente de la Samas.
Para la institución, que
un trabajo "de tantas horas" haya captado tanta atención es muy
importante.
Es que, de algún modo,
los resultados obtenidos hasta ahora ya confirman que las mujeres latinas que
enferman, y sobre las que aún no existía demasiada información epidemiológica.
comparten varias características con las mujeres de los otros dos continentes
desde donde se extrapolaban los datos a nuestro país. "Es algo así como
validar la información que ya existía", explicó Elizalde.
A MENOR TAMAÑO...
Una mujer se puede
palpar un tumor cuando ya mide 2 cm o más. En cambio, la mamografía llega a
detectar lesiones milimétricas, sin capacidad de producir metástasis
(carcinomas no invasores) y con más del 98% de posibilidades de curación. En un
examen físico de las mamas, un especialista entrenado puede detectar tumores de
1 centímetro.
"La mamografía se
adelanta entre ocho meses y un año a la detección clínica. En general, esto es
mucho tiempo para poder aumentar las chances de curación y sobrevida",
indicó Castaño. Por eso, desde la Samas insistieron en que "es imperioso
reforzar las acciones de concientización social sobre los controles mamarios
periódicos antes de que sean palpables y, así, aumentar las posibilidades de
curación. La detección temprana es la mejor arma contra el cáncer de
mama".
El análisis de las
características de cada paciente (desde la edad y el motivo de consulta inicial
y tipo de cáncer detectado hasta el tratamiento indicado, el seguimiento y la
sobrevida) confirmó que la enfermedad es, como ya se sabía, típicamente
femenina porque afecta a un 0,4% de los varones y que la edad promedio de
aparición son los 57 años (el rango es de entre 44 y 70 años).
Un 20% no había tenido
hijos, y un porcentaje similar (19,3%) tenía antecedentes familiares de la
enfermedad.
Casi el 10% de las
lesiones detectadas por controles mamográficos eran carcinomas no invasores
(estadio previo al cáncer) con muy buenas chances de curación. De hecho, en el
80% de esas pacientes se utilizaron una cirugía conservadora (de la mama
afectada) y radioterapia. El 20% restante necesitó una mastectomía (extirpación
mamaria) como tratamiento.
Y en cuanto al tamaño
tumoral, el 57,6% medía 2 cm o menos y el 30% tenía entre 2 y 5 cm de diámetro.
Un 4,7% de las mujeres llegó a la consulta con un tumor de más de cinco
centímetros. En el 7% de las pacientes, la enfermedad les alcanzó de alguna
manera el tórax o la piel.
El Instituto Nacional
del Cáncer recomienda que las mujeres sin antecedentes familiares de la
enfermedad se realicen una mamografía cada dos años, entre los 50 y los 70
años. Desde la Samas, en cambio, recomiendan hacerse una mamografía anual a
partir de los 40 años o según lo indique el médico. En general, en las mujeres
jóvenes, la mamografía se suele combinar con la ecografía porque, como explican
desde la entidad, el tejido mamario es más denso antes de los 50 años.
Ambas instituciones
coinciden en que hay que anticipar esa edad de inicio de los controles
periódicos a los 35 años si se tienen antecedentes familiares.
"Mientras sigamos
abriendo la puerta de los hospitales para que vengan los pacientes, seguirán
llegando enfermos. Hoy, hay que salir a buscar a la sociedad -insistió
Elizalde-. La única vacuna contra la enfermedad es la educación.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1635196-cancer-de-mama-el-54-de-las-mujeres-aun-consulta-tardiamente
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