viernes, 15 de marzo de 2013

Mi cuerpo, tu cuerpo, nuestro cuerpo




Mi agua corporal total ha pasado de 6,5 L a 8,5 L. Mi corazón se desplaza y rota a la izquierda por el aumento del tamaño del útero y la elevación del diafragma. Las cuatro cavidades cardíacas aumentan de tamaño, sobre todo la aurícula izquierda. El gasto cardíaco aumenta de un 30 a un 50%. Mi frecuencia cardíaca aumenta entre 10 y 20 pulsaciones más por minuto (taquicardia ligera). El aumento del gasto cardíaco hace que se eleve la perfusión del mi útero, mis riñones, mis glándulas mamarias y mi piel.

Mi presión venosa se eleva paulatinamente, sobre todo en miembros inferiores. Esto, unido a la retención de líquidos, puede provocar varices, hemorroides, edema e inflamación en las piernas.

Mis cifras de hemoglobina disminuyen, debido al aumento del volumen citoplasmático con relación al eritrocítico, lo que determina una anemia fisiológica por dilución.

La mucosa nasal y respiratoria sufre edema e hiperemia por el aumento de los estrógenos y del volumen sanguíneo durante el embarazo. Mi volumen pulmonar se reduce debido a las modificaciones en la configuraciónn de la pared torácica y en la posición del diafragma. El útero expansivo desplaza el contenido intraabdominal hacia arriba y eleva el diafragma. Esta elevación, con la disminución de la distensibilidad de la pared torácica, reduce e lvolumen de los pulmones en reposo y hace que descienda la capacidad pulmonar total en un5%.

El consumo de oxígeno aumenta de un 30 a un 60% (30–40mL/min) en el transcurso del embarazo como consecuencia de la mayor demanda metabólica de los órganos maternos, la placenta y el feto.

Percibo el aumento de la ventilación por minuto como falta de aire. Esta disnea fisiológica se debe al aumento del estímulo respiratorio, el incremento del volumen sanguíneo, la anemia y la congestión nasal.

Mi útero expansivo desplaza hacia arriba también el estómago y los intestinos. La elevación de la progesterona, los factores mecánicos y el incremento del tamaño del útero retrasan el vaciamiento gástrico y provocan náuseas, vómitos, acidez, estreñimiento.

Los riñones se desplazan cranealmente por el empuje del útero y aumentan aproximadamente un centímetro de tamaño, por el incremento de la vascularización, el volumen intersticial y el espacio muerto.

La compresión de los uréteres determina una congestión de la orina que predispone a las infecciones urinarias, la nefrolitiasis y la pielonefritis.

La vejiga pierde tono, con la frecuencia, urgencia e incontinencia consiguientes. La incontinencia urinaria aumenta todavía más en el tercer trimestre cuando el feto se encaja en la pelvis.

Las mamas aumentan de volumen y de tamaño, se vuelven hipersensibles, aparecen estrías y pigmentos, el calostro comienza a producirse en el tercer trimestre.

Mi vulva, vagina y cerviz cambian de color y se vuelven violáceos, aumentan su capacidad, su tamaño y su elasticidad preparándose para el parto.

Los músculos, tendones, ligamentos y huesos de la zona pélvica se distienden y transforman, para permitir el paso del bebé por el canal de parto. Se produce una relajación ligamentosa que causa hipermovilidad de las articulaciones sacrococcígeas y púbicas. La sínfisis púbica se ensancha. La lordosis lumbar está exagerada para mantener el centro de la gravedad.

A pesar de todo eso, mi cara se ilumina, mi cuerpo se vuelve reluciente y hermoso, y cada mañana la dicha se refleja en todo mí ser.

Es el increíble milagro de la vida.

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