Miércoles 20 de marzo de
2013 | Publicado en edición impresa
Por Sergio Papier | Para LA NACION
Si bien las
investigaciones han avanzado en los últimos años, lo primero que hay que saber
es que la fecundación in vitro es el tratamiento más eficiente, pero no da 100%
de seguridad de embarazo.
Las tasas de éxito
rondan entre el 40% y el 60%,porcentaje que depende de la calidad de los
embriones (de su configuración genética) y esto es inherente a la naturaleza
humana, no al tratamiento en sí mismo.
Cuando falla un
tratamiento, la pareja quiere saber por qué y es difícil determinarlo ya que
hay muchas variables relacionadas con el resultado final. Un embrión proviene
de un óvulo y un espermatozoide y, ante un fracaso,se informa a la pareja todo
lo que se puede hacer para aumentar las chances, pues el responsable de
implantación es el embrión y lo que el óvulo genera y aporta.
Existen cuestiones
clínicas, como buscar variantes en la estimulación de la ovulación para mejorar
la calidad del óvulo, siempre que se trate de mujeres jóvenes, menores de 38
años; pues desde el laboratorio los resultados tienen que ver con la selección
de los mejores embriones para transferir.
Cuando habiendo
explorado todas estas opciones el tratamiento falla, habrá que investigar qué
problema existe en la capacidad uterina, alguna lesión que no pudo detectarse
con los métodos convencionales. O bien investigar qué ocurre por el lado del
hombre.Hoy hay tratamientos para mejorar la capacidad de los espermatozoides u
optimizar los resultados con métodos de selección de esperma.
Para los casos en los
que la mujer tiene edad avanzada y cuenta con tratamientos fallidos, por mala
calidad de sus óvulos o de los espermatozoides, se recomienda la donación de
óvulos o de semen.
En cuanto a la cantidad
de tratamientos por intentar, habrá que tener en cuenta aspectos psicológicos y
económicos de la pareja, no médicos.
No obstante, ante
reiterados fracasos, si bien no existe un marcador de calidad ovocitaria, al
haber fallas repetidas para lograr un embarazo, por definición, el resultado en
sí mismo está demostrando un problema en la calidad ovocitaria o en el embrión.
En estos casos,
emocional y económicamente las parejas empiezan a buscar otras alternativas y
se recomienda la ovodonación o la adopción. Pero al ver que la adopción en la
Argentina es muy difícil, la alternativa termina siendo la ovodonación por
indicación médica, entendiendo que la calidad del óvulo es lo más importante
para alcanzar el éxito del tratamiento.
En estos casos se
recomienda apoyarse en el asesoramiento psicológico que pueda acompañar a las
parejas a pensar en estas opciones
Fuente:
http://www.lanacion.com.ar/1565123-que-hacer-cuando-los-intentos-no-resultan
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