1. Tengo tres tetas, las
dos de siempre y el ombligo, que no produce pero a Zambra le pirra.
2. Zambra primero tenía
una teta y ahora también tiene tres. Eso lo descubrí un día que iba turnando
unos animalitos de juguete dentro de su ombligo, para darles de mamar, a veces
por las patas o la cola.
3. Soy capaz de
alimentar a miembros de varias especies: la granja entera de los clicKs de
playmovil (carromato incluido), muñecos de todos los tamaños y materiales,
marionetas, bloques de madera, coches, trozos de pan, hojas de plantas y hasta
una regadera (esto último fue una experiencia mística lo juro).
4. Mi axila es el lugar
perfecto para esconder todo lo que molesta cuando ya sólo le apetece mamar, ahí
van a parar lápices de colores, palitos de pan, galletas, piezas de madera,
baquetas y lo más tierno, sus manitas.
5. Tengo unos subidones
de oxitocina que jamás me había reído tanto (a veces el papá de Zambra se
asusta y todo, je, je).
6. Mis tetas son tan
hermosas que a Zambra le gusta mirar la que está libre mientras mama de la
otra, como si se la fueran a quitar. Este verano en la piscina nos hemos reído
mucho.
7. Mi hija después de
terminar con las dos tetas (ya sé que es imposible pero es un decir) empieza a
delirar y dice "teta, teta, teta, tetita, aham", enseña los dientes y
se descojona sola (vaya que otra que va drogadita perdida. Si de tal palo...)
8. Los niñ@s maman de
pie en cuanto se mantienen y les da igual donde estés sentada ni que sea en la
taza del wáter.
9. Zambra saca toda la
potencia de su voz “de pito” al verme llegar donde sea y suelta un "teta,
teta, teta, teta" a grito pelaó, mientras la gente se gira.
10. ¿Hay algo que suene
más dulce al oído que un “tetetetetititatatatá”?
11. A veces me sorprendo
a mí misma bailando en tetas frente al espejo (cual cabra loca) para el deleite
de Zambra que se muere de risa.
12. A partir de cierto
momento tu hija se convierte en una equilibrista al mamar y tú aprendes a
convivir con ese movimiento constante de su cuerpo. El baile de San Vito lo
inventó un bebé mayorcito lactante, estoy segura.
13. Mido la altura de mi
hija por como cuelgan sus piernas de mi falda al mamar y de noche confieso que
estoy deseando que un día sus pies lleguen a tocar mis pies cuando toma tetita
pegada a mi cuerpo.
14. Mientras mama un
niñ@ habla, canta, baila, dice sí o no... etc, y Zambra hasta lee cuentos (a su
manera).
15. La leche materna va
bien con dulce, con salado y es el maridaje perfecto para todo tipo de
alimento. Un día te tocará explicarle a tu hij@ (al menos yo lo hice) que tiene
que masticar antes de mamar porque pretende hacerlo todo a la vez y, al abrir
la boca, no sabes si reírte o salir corriendo del susto.
16. La mandíbula de un
bebé mayor de un año cuesta mucho de abrir desde fuera... eso sí que es sellar
al vacío.
17. Si en el sofá es una
equilibrista, en la bañera Zambra demuestra maestría en el arte del
contorsionismo. A mí que me expliquen el porqué de las 1000 posturas
alternadas. Creo q la mayor función de una bañera es amamantar.
18. La teta no solo da
sueño, nos da risa, mucha risa, a ambas…
19. La prolactina me ha
curado el insomnio, el “colecho-tetil” es el mejor ansiolítico que conozco,
para que luego digan que si maman de noche no duermes.
20. Durante un tiempo si
Zambra veía una foto suya decía mamá (ahora ya dice nena) pero si veía una mía
decía directamente "teta". Más claro agua.
21. Las cortes como las
cortes, las uñas de tu hij@ al llegar al pezón libre se convierten en garras.
22. Zambra hace tiempo
que señala con el dedo y dice "teta" o "tetita" a algún que
otro escote que ve por la calle, conocido o no, para vergüenza de su padre je,
je. También levanta y busca teta bajo jerseys de mujeres familiares, su abuela,
su tata...
23. La lactancia atrae a
otr@s niñ@s mayores y pequeñ@s, se sientan cerquita a mirar y les hace reír.
24. A veces me saco la
teta en algunos lugares sólo por dar la nota, lo confieso, me pasa pocas veces
pero da un gustito.
25. Ver la cara de mi
enfermera de pediatría cada vez que apunta, ya sin preguntar, "lactancia
materna", no tiene precio.
26. Pasan los meses y
cada vez nos gusta más, 19 meses de teta, seguimos con nuestro idilio.
Myriam Moya Tena
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