A veces nos encontramos
con madres que están teniendo serias dificultades en algún momento de su
lactancia. No me refiero a los primeros días en los que pueden haber grietas o
ingurgitaciones o malas posturas que poco a poco se corrigen. Me refiero a esas
situaciones más complicadas, en las que la madre se ve desbordada, hay
mucho dolor, la lactancia tal vez pende de un hilo y cada
una escala como puede su propia montaña.
Por mi propia experiencia -y la de otras tantas mujeres que he ido conociendo en los grupos de lactancia- cuando una tiene muy claro que quiere amamantar largo tiempo y se encuentra con serias dificultades algo en su interior se rompe a un nivel muy profundo. La experiencia es muy dolorosa. Hablo de mastitis de repetición, frenillos sublinguales que dificultan seriamente la lactancia (por suerte no todos lo hacen), abscesos, operaciones, lactancias inducidas, relactaciones, lactancias diferidas a largo plazo, etc.
Sería interesante que como mujeres aprendiéramos a acompañarnos unas a otras sin juzgar, comenzando por usar un lenguaje adecuado y respetuoso con la madre en cuestión, o por estar presentes desde el silencio y la escucha activa si no sabemos qué decir.
Pero hablamos, hablamos mucho, tal vez demasiado.
Os dejo algunas de las
frases sobre lactancia que fueron dirigidas a mí o a otras madres cercanas, y
que pienso que es necesario evitar:
"La lactancia
debería/tiene que ser algo fácil y natural, si no es así, es que no tiene que
ser”
Frase
culpabilizadora y desesperanzadora para la madre que se pregunta entonces ¿Por
qué yo? ¿Qué tengo yo de malo? ¿No tengo otra opción? ¿Voy contra-natura? etc.
Frase que incita al destete y no tiene cuenta el duelo posterior, ni que muchas
lactancias complicadas superan el trance y continúan felices. Algo muy
diferente y más recomendable sería por ejemplo: "la lactancia suele/puede
ser algo fácil y natural pero no siempre es así, lamento que tengas
dificultades... ¿Cómo te puedo ayudar?"
" De tanto
sufrir por esa lactancia le vas a pasar los nervios a tu hijo/a y eso no es
bueno; mejor le das biberón y felices todos”
Ayer una sanitaria,
encargada de la parte física de un grupo de post parto me comentó que le
había dicho esto a una de las madres, que tras 4 meses y medio luchando por su
lactancia, a veces al llegar al grupo, se ponía a llorar. Estas palabras demuestran
un profundo desconocimiento de la importancia de la lactancia materna para
muchas mujeres y una intromisión en una decisión totalmente personal.
Es verdad que cuando la
lactancia no fluye, una a veces está triste, agotada, llora con facilidad. Pero
¿qué ocurre cuando otra cosa en la vida no fluye? ¿Una está como unas
castañuelas? ¿Tira por eso la toalla? Poder compartir ese dolor en un grupo
postparto es fundamental para seguir, poder llorar acompañada alivia, es una
pena que no todo el mundo tenga la sensibilidad de verlo.
La lactancia materna es
cosa de dos, lucharse una lactancia, cada a día, codo a codo con tu hijo/a,
crea un vínculo fuertísimo, es una historia de amor.
"La Gutman dice que
lo tuyo es…"
La frase de detrás era
la interpretación subjetiva de la mujer en cuestión de algún fragmento de algún
libro de Laura Gutman (mujer que he leído y respeto) pero que ha sido muy
tergiversada y muy utilizada para emitir juicios. Pongo a Laura Gutman de
ejemplo porque estaba muy en boga cuando mi hija nació, pero me serviría
cualquier de los considerados “gurús” de la crianza. De nuevo recomiendo:
escuchar primero y si no podemos/sabemos cómo ayudar a la madre, mejor callar.
“Lo tuyo es todo
psicológico”
Esta frase suena hasta
determinista, resta poder a la mujer que la recibe y sobre todo obvia la parte
fisiológica de una lactancia: los pechos de la madre (maleabilidad, pezón, etc) y
la boca del bebé (frenillos, labios, paladares) con todas sus características.
Se suele utilizar también en otros casos en que las mujeres están en fragilidad
extrema: pérdidas gestacionales, dificultad para lograr el embarazo,
menstruaciones dolorosas, etc. Para mí es una frase inútil, a desterrar no solo
en cualquiera de las situaciones citadas, sino en general en cualquier ámbito
de la vida.
“Dale biberón, No te
compliques y dale biberón. No es para tanto, no se va a morir”
Cuando esto te lo dice
alguien muy cercano, alguien que además ha amamantado, dan ganas de salir
corriendo. Es verdad que el niño/a no se va a morir (tal vez no en el primer
mundo), pero la lactancia materna tiene tantísimas ventajas: físicas,
nutricionales, inmunológicas, motoras, emocionales, espirituales… y cada una de
ellas en mi caso hubiese sido una gran pérdida.
"¿Quién dices que te lleva lo del pecho? ¿una asesora de lactancia?... esas son todas unas locas" "No vayas a un grupo de lactancia que te van a sacar el dinero"
Dicho por un par de
sanitarias en situaciones diferentes ¿Y si llego a hacer caso? ¿Dónde estaría
mi lactancia ahora?
“Lo del frenillo es una
moda” “Yo antes de cortarle el frenillo a mi hija/o lo destetaba”
Hay un profundo
desconocimiento sobre este tema. Suerte de que cada vez hay más grandes
profesionales dedicando sus horas de estudio y su esfuerzo para permitir a un
montón de madres y bebés disfrutar de su derecho a la lactancia como todos.
Suerte que estos bebés, pueden tener otra opción al biberón.
“Al principio a todas
nos cuesta”
Ay no, decirle eso a
alguien que está suplementando a su hijo/a con su propia leche en jeringuillas,
a alguien que sufre mastitis de repetición, a una madre que ve que su hijo no
recupera el peso y ha de pasarse a una lactancia mixta, a una madre que está
relactando, me parece frívolo. Por suerte la mayoría de inicios no son así, eso
es lo bueno, lo que consuela.
“¿Te vale la pena? Dejar
de hacer tu vida por una lactancia… ¿te vale la pena?
Pues sí, valió la pena.
Hoy, 39 meses de
lactancia después lo corroboro, valió la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!