Solo el 18% de las
españolas sigue la recomendación de la OMS de dar lactancia materna hasta que
sus hijos tienen seis meses
- Que
el parto natural no sea excepción
- DESCARGABLE Guía de atención al parto
normal para futuros padres
- DESCARGABLE Estrategia de atención al parto
normal
- Donde
vives determina cómo pares
MARÍA R. SAHUQUILLO 3
JUL 2013 - 11:36
El 48% de madres españolas de hijos menores de dos años dice que la lactancia complica su actividad laboral. / K. SEKULIK (GETTY) |
Hasta hace no mucho
tiempo, en España pervivía el mito de que para tener los hijos bien criados, lo
mejor era enchufarles pronto al biberón. Hoy, los beneficios de la leche
materna están más que demostrados por numerosos estudios científicos: aporta
los nutrientes que los bebés necesitan y les ayuda a inmunizarse contra
enfermedades. Sin embargo, aunque la mujer desee amamantar, el camino para
conseguirlo no siempre es fácil. Solo el 18% de las madres alimenta a su hijo
con leche materna en exclusiva durante los seis primeros meses de vida. Es una
cifra baja: la
Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que esa sea la única
alimentación del 100% de los bebés hasta esa edad. La falta de información, los
mitos y hábitos sociales y, sobre todo, la reincorporación de la mujer al
trabajo lastran esta práctica.
No hay más que ver la
caída en las cifras después de las 16 semanas de permiso de maternidad que fija
la ley. Hasta poco antes de esa fecha el 52% de las madres da el pecho —en
exclusiva— a su hijo, según revela la Encuesta Nacional sobre Hábitos de
Lactancia —la primera que se hace en España— elaborada por la Iniciativa Mundial de Lactancia
Materna (IMLM). Son el 69% si se suma a aquellas que combinan esta leche
con la artificial (la llamada lactancia mixta). Aunque, siendo realistas,
tampoco esa cifra está cerca de lo aconsejado por la OMS.
“La mayoría de las
mujeres desean amamantar a sus hijos, pero la falta de confianza en sí mismas,
la desinformación y el escaso apoyo social lo complican”, explica Marta Díaz
Gómez, coordinadora del grupo español de la INLM y del comité de lactancia
materna de la Asociación Española de Pediatría. “El abandono viene dado casi
siempre porque las mujeres creen que tienen poca leche, que en cuanto llora el
niño es porque tiene hambre. Están inseguras entre otras cosas porque no ven
cuánto come el bebé, pero son mitos que hay que derribar”, dice.
Fuente: Iniciativa
Mundial de Lactancia Materna (IMLM). / EL PAÍS
Rutinas, incide la
pediatra María Teresa Hernández Aguilar, que casi siempre se basan en prácticas
derivadas de consejos inapropiados. “Muchas lactancias se inician con
problemas. Y si a eso le añades que muchos profesionales no saben
diagnosticarlos ni resolverlos ya tienes el campo abonado para el abandono. El
25% de las mujeres, de hecho, lo deja por esas razones a las seis semanas”,
señala Hernández, coordinadora de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia
al Nacimiento y la Lactancia (IHAN).
Carolina Pascual cuenta
que le costó un triunfo lograr que su hija Celia se enganchara a la teta. “Me
dolía, la niña no quería y mi marido y mi madre me decían que lo dejara, que
con el biberón estaría igual de alimentada o más”, recuerda. No cejó. Había
leído mucho sobre los beneficios de la leche materna, se había preparado y
quería darle el pecho a su hija. “Había tenido un parto difícil y estuve a
punto de renunciar, pero al final entre lo que me explicó la enfermera y mi
empeño le di el pecho exclusivamente durante los primeros cuatro meses y,
cuando empecé a trabajar, lo alterné con la leche artificial”, explica. Una
opción a la que recurren el 20% de las mujeres cuando sus hijos tienen hasta
seis meses.
“Parece que es algo
innato que las mujeres den el pecho, pero no es verdad, no es fácil. Hay que
desmitificar que es una cosa que sale sola y que si no, una no está hecha para
eso”, apunta Isabel Espiga, coordinadora institucional de laEstrategia
de Atención al Parto Normal del Ministerio de Sanidad; un plan que incluye,
por supuesto la lactancia. “Es, además, más difícil si tras el nacimiento no se
ha practicado el contacto piel con piel de la criatura con la madre en los
primeros momentos. Por eso es importantísimo que los profesionales sanitarios
se conciencien desde el principio de los beneficios de la lactancia materna y
que los hospitales tengan buenos programas de asesoramiento”, dice.
Algunas de estas pautas
se señalan en la estrategia que promueve Sanidad. Un plan que va
avanzando poco a poco y que lucha contra la excesiva
instrumentalización del parto que durante una época fue una constante en
España. Algo que tuvo mucho que ver, por ejemplo, con el abandono de la
lactancia o el incremento
de las cesáreas rutinarias. Una excesiva instrumentalización que se suma
también al cambio en la sociedad y las familias.
Fuente: Iniciativa
Mundial de Lactancia Materna (IMLM). / EL PAÍS
“Parece una tontería,
pero hoy en día las mujeres no saben dar el pecho porque ya no se ve. Antes,
cuando se veía a todo el mundo amamantando se aprendía; las familias eran más
extensas y las mujeres se enseñaban unas a otras”, indica María José Espinaco, vocal
matrona del Consejo Nacional de Enfermería. Ahora, ese papel lo cumplen las
matronas y las enfermeras. “El apoyo antes del parto y en el posparto es
importantísimo. Nosotras explicamos a las madres cómo se tienen que colocar,
las mejores técnicas, las tranquilizamos cuando piensan que no tienen
suficiente leche o cuando creen que el niño no está engordando lo que
necesita... O que les duelen los pechos”, explica la matrona. En la comunidad
de Espinaco, Andalucía, las madres se reunen con las matronas a los diez días
del nacimiento; una visita que les sirve para solucionar muchas dudas en un
momento en el las que tienen dificultades están pensando ya en abandonar.
La radiografía que hace
Espinaco de la situación es clara: ya no es común ver a las mujeres dando el
pecho en público en España. Y las propias madres aseguran —el 43%, según la
encuesta— que se sienten incómodas amamantando a sus hijos a la vista de otros
que no sean sus allegados. ¿Lo están? Pascual relata efectivamente que tuvo que
desprenderse de algunos prejuicios para hacerlo. “Al final ya no te importa. Es
más importante la salud del bebé que la verguenza. Al principio sientes que te
miran como una talibana de la lactancia y tienes que defenderte de las
críticas, pero poco a poco pasa”, dice.
La Organización Mundial
de la Salud ha analizado esos beneficios de la leche materna, demostrados por
un extenso número de publicaciones y que van desde la lucha contra la
malnutrición infanil a la inmunización del bebé de determinadas enfermedades o,
incluso, a la larga la prevención de patologías como la diabetes o la obesidad.
“También previene enfermedades en la madre, como el cáncer de mama”, dice.
Son tantos los
beneficios de la lactancia, explica la neonatóloga Nadia García Lara que desde
hace años se han abierto en los hospitales de muchos países bancos de leche
materna. “Están orientados a proporcionar leche alternativa cuando no existe la
leche de la propia madre en niños muy prematuros y enfermos porque la cantidad
de leche donada que se tiene es muy limitada. Por eso se da a los niños de más
riesgo”, explica García Lara, coordinadora del Banco de leche del Hospital 12
de Octubre de Madrid. “La leche materna es importantísima para la prevención de
muchas enfermedades; debe verse como una cuestión de salud pública”, añade.
Clara Pariente, de la
asociación El
parto es nuestro, va un paso más allá: “Muchos siguen creyendo que la
lactancia materna es un beneficio para madre e hijo, pero pero no hay que verlo
así; es la normalidad. Lo que es un riesgo es no amamantar. Las mujeres estamos
preparadas para criar a nuestros hijos con nuestra leche. Solo excepcionalmente
no es posible la lactancia materna, pero entonces se puede tratar de
complementar con una lactancia mixta”. La asociación a la que pertenece
Pariente trata de derribar muchos falsos mitos que se han construido en torno a
la lactancia. Como la creencia de que es absolutamente imposible mantenerla
cuando la mujer se incorpora al trabajo. “Se puede sacar la leche, por
ejemplo”, dice.
La matrona Espinaco
reconoce, sin embargo, que aunque las mujeres quieran amamantar a los hijos no
es fácil hacerlo. Es una cuestión de logística, organización e información:
“Recomendamos a las madres que se saquen la leche a los tres meses de nacer el
niño y que la congelen. La leche materna dura tres meses en el congelador;
luego se tiene que descongelar al aire y se debe templar o calentar al baño
maría, nunca usar microondas”.
Para fomentar la
lactancia y derribar esa barrera, la Iniciativa Mundial de Lactancia Materna
trabaja junto con el Ministerio de Sanidad en una propuesta para que las
empresas habiliten salas especiales para que las madres se saquen la leche.
Pero las madres, sin embargo, cada vez más juntan esas horas establecidas para
dar el pecho en el trabajo (una al día hasta que la criatura tiene nueve meses)
y lograr una prolongación de días de permiso maternal.
Todavía son pocas las
empresas que tienen salas de lactancia —en las que además de un entorno cálido
debe haber una nevera para almacenar la leche— y la mayoría de las mujeres que
se sacan la leche lo hacen en el baño de la oficina o ausentándose a
escondidas. Muchas abandonan.
A la luz de los datos
también hay que hablar de las mujeres que no desean dar el pecho: alrededor de
un 20%. Una de ellas es Lorena Sánchez, de 35 años. “Lo hice el primer mes y
medio, luego empecé con el biberón. Para mí era una esclavitud”, asegura. Su
chiquillo va a cumplir 16 meses y asegura que con la leche de fórmula está “más
que alimentado”. “Además, así la vuelta al trabajo no ha sido tan traumática
como si siguiera con la teta”, indica.
Hernández Aguilar, la
coordinadora de la IHAN —que certifica los hospitales que tienen programas para
potenciar e instruir sobre la lactancia— incide en que el amamantamiento es un
derecho. “Es cierto que hay mujeres que no pueden, y otras que deciden no
hacerlo. Si alguien decide que no quiere dar el pecho nadie le va a obligar;
pero si quiere se le debe apoyar”, apunta. Esta experta critica los estímulos
que se ejercen desde la industria de la alimentación para bebés para que las
mujeres abandonen esta práctica. Asegura que a pesar de los códigos
establecidos por varias instituciones y por la OMS sobre este aspecto
la influencia es alta.
La mayoría de los
expertos coinciden en esa opinión. También en las recetas para lograr
incrementar las tasas de lactancia materna: más información, mayor implicación
de los profesionales sanitarios y apoyo social de la pareja y su entorno. “Si
las mujeres están bien informadas suelen apostar por la lactancia materna; y si
lo hacen, debemos ayudarlas”, concluye Espiga.
> Poca leche. Muchas mujeres deciden abandonar la lactancia materna
porque no controlan lo que sus hijos comen. Creen que no están bien
alimentados, pero eso, según los expertos, es falso. “No siempre que el niño
llora es porque tiene hambre, por ejemplo”, señala la pediatra Marta Díaz.
Otros mitos falsos son que la leche materna provoca caries.
> No alimenta igual. La leche materna es ideal para los recién nacidos y
lactantes porque aporta todos los nutrientes necesarios. Además, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), contiene anticuerpos que ayudan a
proteger al bebé de enfermedades frecuentes como la diarrea y la neumonía.
> Mala costumbre. La OMS marca que la lactancia materna debe comenzar en
la primera hora de vida, debe hacerse “a demanda”, es decir, con la frecuencia
que quiera el niño, tanto de día como de noche, y deben evitarse los biberones
y chupetes.
> Hace que los pechos
se caigan. Los expertos
aseguran que es falso que, en todo caso, es el embarazo y el cambio de peso lo
que puede provocar esto. La evidencia científica señala, de hecho, que las
mujeres recuperan antes el peso anterior al embarazo si amamantan a sus hijos.
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