Sábado 29 de junio de
2013 | Publicado en edición impresa
Búsqueda
En la Argentina hay, por
lo menos, 56 jóvenes de entre 18 y 39 años con paradero desconocido; la mayoría
se perdió entre 2005 y la actualidad; en medio del dolor, las familias esperan
que ellas, o alguien que las haya visto, rompan el silencio
Por Ángeles
Castro | LA NACION
Los casos de Florencia Penacchi y María Cash, las jóvenes desaparecidas hace ocho y dos
años en la Capital y en Jujuy, respectivamente, de quienes nada más se supo,
son apenas la punta visible de un iceberg inquietante. En la Argentina, por lo
menos, 56 mujeres de entre 18 y 39 años permanecen perdidas y su paradero,
sumido en un misterio absoluto. Tanto, que los organismos estatales, los grupos
de la sociedad civil y los familiares que las buscan ni siquiera lograron
determinar si aún viven y dónde.
La información surge de
la base de datos de la ONG Personas Perdidas, lanzada en 2005 por Juan Carr, también creador de la Red
Solidaria y Missing
Children. Se trata de mujeres que habitaban en los más diversos
rincones del país y pertenecían a diferentes extractos sociales. Sólo las une
haberse convertido voluntaria o involuntariamente en personas inhallables.
Si bien un puñado de
ellas desaparecieron antes, la mayoría "se perdieron" sin dejar
rastros entre 2005 y la actualidad. De las 56, además, 20 tienen entre 18 y 21
años. Una de las principales sospechas que suele rodear estos casos es que las
chicas hayan sido víctimas de redes de trata de personas, y permanezcan
cautivas de los explotadores o hayan sido asesinadas al intentar huir de ellos.
El ícono de este grupo
es Marita Verón, incluida en la lista de Personas Perdidas (www.personasperdidas.org.ar ),
que desapareció en abril de 2002 en Tucumán, cuando tenía 23 años. En diciembre
pasado, 13 acusados por el secuestro y desaparición de la joven fueron
absueltos por la Justicia. Durante la larga investigación y el proceso
judicial, jamás fue revelado el paradero de la mujer.
Según recordó Juan Carr,
que junto con voluntarias hace años colabora con las familias que quieren
recuperar a integrantes perdidos, el 85% de los casos de desapariciones se
resuelve bien y de inmediato, en los días posteriores al hecho. Sólo un 15%
concluye con una muerte como resultado, explicó.
Así, puede suponerse que
de estas 56 mujeres jóvenes, unas 45 todavía están vivas, aunque sobreviven al
margen del sistema dentro del país o bien cruzaron en algún momento la
frontera, también sin ser detectadas.
Pero el panorama es más
escalofriante. Sumadas mujeres de más de 39 años y también hombres en edad
adulta, en la Argentina hay por lo menos 400 personas perdidas de las que la
ONG tiene conocimiento. La mayoría de ellos desapareció entre 2005, cuando fue
creada la entidad a raíz de la desaparición de Florencia Penacchi, y hoy. O
sea, 50 personas adultas por año, o una por semana, dejan de dar señales de
vida y permanecen ocultas durante años y años.
Detrás de cada individuo
perdido, una familia queda destruida. Y los allegados transcurren los años
entre la desesperación, la lucha y la resignación. Lo único que no pierden es
la esperanza de que el ser querido, o alguien que ahora esté en contacto con él
o bien conozca detalles de un triste final, rompa el silencio y pueda brindar
alguna certeza.
A Silvia Zanon, que
desapareció en Campana en 1991 cuando tenía 17 años, su hermano Daniel aún la
espera luego de 22 años. "Salió de casa para una entrevista laboral, pero
supimos que nunca llegó. Hicimos la denuncia, hubo allanamientos, citaron a
personas, pero nunca nada quedó en claro. No creo que se haya ido
voluntariamente, estaba en quinto año, estaba por conseguir trabajo, no tenía
novio, parecía contenta. Me encantaría volver a verla", dijo el muchacho a
LA NACION.
Para el padre de María
Cash, desaparecida más recientemente, hace dos años, todo es angustia y
batalla. "No se avanzó nada en la búsqueda de mi hija. Yo estoy sin
abogado de nuevo y, con los cambios realizados en el Ministerio de Seguridad,
quedó en la nada la creación de una agencia nacional y centralizada de búsqueda
de personas, que veníamos trabajando con los equipos anteriores. La única
colaboración que recibo es de particulares, pero ha sido información equivocada
hasta ahora. Igual la agradezco", lamentó Federico Cash.
"Mi consejo para
quienes pierden a una persona es que no dejen pasar tiempo, incluso a riesgo de
que la desaparición sea voluntaria. Cada minuto que pasa juega a favor del
mal", concluyó Carr.
QUÉ HACER EN CASO DE
PÉRDIDA DE UN FAMILIAR
- Llame al Centro de Orientación de Personas
de la Policía Federal (COP): (011) 4370-5920. Deje registrados los datos
de la persona perdida y datos de un contacto de un familiar. Pregunte si
registraron algún incidente en la vía pública o tienen alguna persona no
identificada hallada
- Haga la denuncia en la comisaría de la
zona. Ninguna ley dice que se debe esperar 24 o 48 horas para que tomen la
denuncia. Deben, además, informarle el juzgado o fiscalía que interviene
- Si vive en Capital, llame al SAME por la línea
107 y pregunte si han registrado algún incidente en la vía pública
- Si es un niño, llame al 142 o al
0800-122-2442, Registro Nacional de Niños Perdidos
- Pegue carteles con la foto en lugares cerca
de donde se perdió. Plazas, quioscos de diarios y de flores, estaciones de
trenes, terminal de colectivos, hospitales
- Avise a parientes y amigos, aunque vivan
lejos y aunque no estén en contacto habitual
- La difusión por Facebook y Twitter también
es útil
CONTACTOS
Niños
- Comuníquese con MISSING CHILDREN por el
0800-333-5500 o visitewww.missingchildren.org.ar
Adultos
- Comuníquese con el (011) 4795-7330 o www.personasperdidas.org.ar
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