SOCIEDAD
La prohibición a una
mujer de dar el pecho a su bebé en una tienda abre el debate sobre una cuestión
sin regulación legal en España
B. Herrero/L. Benito.
Este acto crea controversia
entre los propios expertos en leyes.
No se ponen de acuerdo en determinar quién
tiene la razón Efe
Madrid- La polémica en
torno al hecho de si una madre puede dar o no el pecho a su hijo en espacios
públicos se ha reabierto a raíz del tuit publicado el pasado 12 de agosto por
Carmen Vega que ha revolucionado las redes sociales: «El otro día me echaron de
Primark Valladolid por amamantar a mi hijo, diciéndome que podía incomodar a
otros clientes. Vergonzoso». Según relata esta madre lactante, el responsable
de seguridad de la tienda «se acercó invitándome a desplazarme hasta la sala de
lactancia del centro comercial para no incomodar a sus clientes». Fuentes de la
compañía aseguraron que «Primark no prohíbe a las mujeres dar el pecho pero
siempre pondrá a su disposición todas las facilidades que estén en su mano para
asegurar el máximo confort y seguridad». Respecto a lo sucedido con Carmen,
lamenta «el malentendido que se ha generado sobre este tema. Nuestro personal
estaba informando acerca de la disponibilidad de espacios especiales dentro del
centro comercial». Con todo, la polémica está servida. ¿Puede una mujer
amamantar a su bebé en un establecimiento comercial o en cualquier otro lugar
público? Para Begoña Villacís, responsable fiscal, laboral y mercantil de
Legalitas, este tema «no es un terreno nada pacífico en el ámbito del Derecho».
La realidad es que en España existe un vacío legal respecto al acto de dar de
mamar a un niño en espacios públicos y privados pero, según considera Villacís,
en este caso «el derecho de admisión tiene sus límites donde empiecen los
derechos fundamentales de los ciudadanos». Así, entiende que «el derecho
fundamental de un niño a ser alimentado prevalece sobre el derecho de admisión»
y, si una madre es obligada a abandonar un establecimiento por estar
haciéndolo, «estaría siendo discrimanada, porque no es un acto obsceno, sino
inherente a la naturaleza de la mujer». Otra opinión muy distinta es la que
mantiene el abogado de familia Adolfo Alonso, quien considera que «prima el
derecho del propietario del local a regular sus normas de uso de acuerdo con lo
que considere oportuno», teniendo en cuenta que «un cliente puede protestar
porque este hecho perturba su tranquilidad». No obstante, Alonso recalca que
«no existe una normativa general que disponga las directrices para llevar a
cabo este acto»; por tanto, «mientras que no esté prohibido expresamente en
espacios públicos, está permitido».
Las asociaciones de
consumidores indican que no les constan quejas. Rubén Sánchez, portavoz de
Facua, señala que «se vulnera la legislación del derecho de admisión puesto que
se expulsa a una persona que no comete delito alguno. Es más, estamos ante una
situación de urgencia ya que hay un bebé que necesita comer». En este sentido
versa el discurso de Encarnación Pérez, matrona jubilada y que ha ostentado
cargos en la Asociación Asturiana de Matronas. «Las necesidades del niño no
están reguladas y además, la lactancia es un fenómeno natural». Aun así, la
experta explica que en las sesiones preparatorias al parto, se informa a los
asistentes de que pueden darse situaciones incómodas. «De hecho, en una
cafetería de Avilés una madre se vio envuelta en un conflicto similar». Y éste
no es el único caso en España. En 2007, la seguridad del Museo del Prado
«aconsejó» a una madre que se fuese a los aseos o a la cafetería del recinto en
lugar de dar de comer al niño en la sala en la que la visitante admiraba el
cuadro de «La Maja Desnuda». Debido al revuelo ocasionado, la dirección
habilitó «un rincón para la lactancia», tal y como recuerda Inma Mellado,
monitora de la Liga de la Leche, una ONG que apoya a quienes deciden dar el
pecho. «Estoy segura de que ahora muchas madres estarán alimentando a sus hijos
sin ningún problema pero se producen altercados aislados», apunta. Por el
momento, la Liga de la Leche ha contabilizado casos en Vizcaya, Cataluña, en
una piscina municipal de Madrid y en un restarurante donde «al expulsar a la
madre del establecimiento, la mujer optó por llamar a la Policía y las
autoridades sancionaron al restaurante».
¿Qué ocurre en otros
países?
En Suecia, al igual que
en el resto de países del norte de Europa,se promueve que la lactancia materna
se lleve a cabo en cualquier sitio
EE UU. Aunque se han
promulgado normas para que dar el pecho sea legal, cada año se detiene en
algunos estados a 12.000 mujeres
En Brasil existe un plan
nacional en materia de lactancia: en los hospitales informan a las madres de
las ventajas de la leche
Las leyes en Reino Unido
son más claras. Hay normas que indican claramente que impedir la lactancia en
público a una mujer es una discriminación
El gesto comercial
Cada vez son más las
áreas comerciales que incorporan salas de lactancia para «hacer más cómoda esta
situación para la madre y el niño», como indican responsables de La Vaguada, en
Madrid, donde existen dos espacios destinados a tal fin. Desde este centro
explican que «cuando una madre está dando el pecho a su hijo en una tienda o un
restaurante, o incluso en áreas de descanso del centro, los empleados les
indican que dispone de salas donde podrá hacerlo con mayor holgura». En todo
caso, cada establecimiento regula este hecho. Por ejemplo, en la política de
Primark figura que «no prohíbe a las madres lactantes dar el pecho. El cliente
puede solicitar una zona tranquila y privada dentro de la tienda para amamantar
a su hijo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, si leíste el post, seguro tenés algo que comentar, pues hacelo!!!