Jueves 22 de agosto de
2013 | Publicado en edición
impresa
Las ONG especializadas
coinciden en que la desinformación y los mitos son los principales motivos del
destete prematuro entre las mujeres argentinas; en las maternidades falta
personal experto
Por Fabiola Czubaj | LA
NACION
La lactancia favorece la unión y la comunicación entre Jessica y el pequeño Felipe, de dos meses. Foto: Gentileza Fabián Trapanese |
Que sólo tres de cada
diez mujeres puedan sostener la lactancia exclusiva durante por lo menos los
primeros seis meses de vida del bebe muestra que aún existen problemas
y mitos para erradicar. Las ONG que se dedican a la promoción del
amamantamiento coinciden en que la desinformación es el principal motivo del destete prematuro.
"La mayoría de las
mujeres que no amamantan, no lo hacen porque lo hayan decidido previa y
conscientemente, sino porque no recibieron apoyo e información suficiente cuando
lo necesitaron", explica Cecilia Karplus, coordinadora de la Liga de la
Leche Argentina. Afirma, también, que si durante los primeros tiempos surgen
dificultades sin respuestas y sostén inmediatos, el riesgo de que las madres
dejen de amamantar es alto. "La lactancia materna está plagada de mitos y
prejuicios, que se suman y empeoran con la falta de información", señala.
Paz Martín, directora de
proyectos sociales de la Fundación Lactancia y Maternidad (Fundalam), sostiene
que "la lactancia es algo natural, lo que no significa que no aparezcan
problemas. Es una técnica que hay que conocer".
El contacto con un
profesional especializado en puericultura antes de abandonar el hospital o
durante el embarazo contrarresta la desinformación y el desconcierto. En un
relevamiento, Fundalam encontró que, por lo menos hasta el año pasado, sólo 15
de 100 maternidades porteñas contaban con puericultoras o personal
especializado. En la provincia de Buenos Aires, sólo encontró puericultoras en
dos hospitales. "Estas cifras son bajísimas -agrega Martín-. Además, en
las maternidades con esos profesionales, muchas veces no son suficientes y las
madres se van de alta sin ver a nadie que les dé información."
Actualmente existe una
tecnicatura en puericultura y crianza. Es una carrera de dos años, prácticas
incluidas, que dicta la Universidad Nacional de San Martín con Fundalam. Sus
egresadas integran la Asociación de Puericultoras Universitarias y están
habilitadas para trabajar no sólo en las maternidades, sino también en los
jardines maternales, los centros de salud y los consultorios de obstetricia y
pediatría, tanto para la prevención, el apoyo práctico y la orientación en la
crianza.
"Con los años, las
enfermeras son las que más valoran la participación de las puericultoras porque
ven que las mamás tienen problemas y ellas no pueden asistirlas -asegura
Martín-. Hoy, las enfermeras no dan abasto. Tienen a su cargo una gran cantidad
de controles clínicos, mientras que la puericultora sólo se ocupa de la
relación entre la mamá y el bebe, en facilitar el vínculo de los papás con el
bebe y la lactancia materna."
La licenciada María
Cristina Nieva, referente en Tucumán de la Red de Enfermería por la Prevención,
coincidió con la necesidad de preparar especialistas en puericultura para que
las mujeres puedan sostener la lactancia como recomienda la Organización
Mundial de la Salud: exclusiva hasta los seis meses y combinada con alimentos
sólidos hasta por lo menos los 2 años.
"Es muy importante
la incorporación al equipo de salud de gente capacitada para aconsejar a las
madres. Las enfermeras tienen los conocimientos para hacerlo, aunque no siempre
tienen tiempo por todas las actividades que tienen que cumplir. Muchas brindan
el servicio de puericultura fuera de su horario", indica Nieva, que es
enfermera del Consultorio de Seguimiento de Prematuros del Hospital del Niño
Jesús de San Miguel de Tucumán.
HOSPITALES AMIGABLES
Hace dos semanas, cuando
la Alianza Mundial Pro Lactancia conmemoró la Semana Mundial de la Lactancia
Materna, un informe de Unicef Argentina dio cuenta de que apenas 15 de las 95
maternidades que se comprometieron a convertirse en hospitales amigos de la madre
y el niño, cumplieron. En ese modelo de atención, que promueve el programa para
la infancia de las Naciones Unidas, el equipo de salud trabaja para promover y
fortalecer la lactancia materna durante el embarazo, el parto y el puerperio
"como un derecho de los niños, las niñas y sus madres".
Dos de esos hospitales
funcionan en Tucumán. Allí hay un consultorio especializado en lactancia con
médicos y enfermeras que se ocupan de las mujeres que no pueden amamantar, no
logran que el bebe se prenda al pecho, sienten mucho dolor o ignoran cómo
colocarse para comodidad de ambos. "Se busca evitar las complicaciones que
las lleva a abandonar la lactancia -explica Nieva-. Las mujeres llegan muy
lastimadas a pedir orientación."
Lo ideal es llegar al
parto informadas. "En general, las mamás se van de alta, cada vez más
temprano, y sin ver a ninguna puericultora, enfermera o médico que la pueda
orientar. La llegada a la casa, que ocurre entre las 48 y 72 horas del parto,
coincide con el momento en que empieza a bajar la leche. Si no conocen la
técnica y aparecen complicaciones, surge la inseguridad y el temor",
agrega Martín.
La información incluye
saber cómo sostener al bebe durante el amamantamiento, cada cuanto hay que
alimentarlo para que vaya ganando peso, cómo ayudarlo a prenderse al pecho para
que no se lastimen los pezones, cómo cambiar de posición para que los conductos
mamarios se vacíen parejos y evitar los taponamientos, qué hacer si se siente
dureza o demasiada sensibilidad en los pezones, entre otros consejos.
Desde la Liga de La
Leche Argentina se promueve el inicio de la lactancia desde la primera hora de
vida del bebe, a libre demanda, sin el uso del chupete y la mamadera hasta que
esté bien establecida. Pero sólo el 57% de los recién nacidos es amamantado en
la primera hora de vida. Desde Unicef Argentina aseguran que afirmaciones como
«la leche no sirve, no es buena, no engorda al bebe o es aguada» son falsas.
"Todas las leches son buenas."
LA IMPORTANCIA DE
APRENDER UNA TÉCNICA
Dos casos representativos
de un problema muy común
- Jessica (40 años). "Todo lo que me
habían recomendado no funcionó"
Las dificultades con su primera hija, Nina, cuatro años antes, le sirvieron a Jessica a la hora de amamantar a Felipe. No quería repetir los problemas que ya había tenido por mala información. "Todo lo que me habían recomendado, no funcionó." Con el varón, la ayudaron un poco más. "Pero si hubiese sido primeriza, no me hubiese alcanzado", dice. Recuerda cómo le dolía y le sangraba un pecho, y cómo en una guardia le aconsejaron a tres días del parto suspender por un día la lactancia, lo que agravó todo. "En las guardias no saben... por eso muchas chicas dejan la lactancia. Yo me enteré justo a tiempo (en Fundalam) que todas las mamás podemos amamantar. Si no, cuando empezás con la fórmula, tenés que estar muy convencida de los beneficios de la lactancia para no abandonarla."
- María (28 años). "Si no hubiese
querido amamantar, en 15 días abandonaba"
María había hecho el curso de preparto y pensaba que sabía lo básico. Pero cuando llegó Pía, todo se complicó. "En el sanatorio empecé bien, pero la nena no succionaba bien y perdía más peso por el esfuerzo que hacía. Me faltaba información y desconocía la técnica correcta", cuenta. El pediatra le indicó un complemento, pero en Fundalam aprendió cómo administrarlo sin usar mamadera, que desteta, ni dejar de amamantar. También aprendió la técnica adecuada. "Si no hubiese querido amamantar, en 15 días abandonaba", afirma. "La desinformación es un problema. Tengo más de una amiga en esa situación y está la que insiste y la que abandona. La lactancia es un tema que no es de nadie. No es del obstetra ni del pediatra. No tienen el tiempo de verte amamantar para corregirte."
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