Written
by Pilar Martinez // 07/11/2012
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Cuando
te conviertes en madre, muchas áreas de tu vida pasan a un segundo plano y la
sexualidad es una de las cosas que quedan relegadas al final de la lista, entendiendo
sexualidad como el deseo de mantener relaciones sexuales.
Lo
cierto es que el embarazo, el parto y la lactancia forman parte del ciclo
sexual de las mujeres. Son distintas épocas sexuales de una misma mujer, pero
que se viven de formas muy distintas.
Tras
el parto, segregamos prolactina en cantidades industriales que es antagonista
de los estrógenos y la progesterona (que aumentan el deseo sexual) por lo que
la líbido baja a niveles insospechados en la mayoría de las mujeres.
Si
además, la mujer que ha parido decide dar el pecho, durante sus seis primeros
meses de lactancia tendrá unos niveles hormonales parecidos a los que tendrá en
la menopausia, con lo que se puede entender perfectamente que su deseo sexual
será casi nulo.
Y
no tenemos que olvidar que criar a un bebé recién nacido es algo agotador. El
sueño, el cansancio, el nuevo rol de madre y las nuevas responsabilidades
suelen estar delante de las relaciones sexuales para las mamás lactantes, por
lo que si encuentran un rato libre, probablemente prefieran descansar un rato.
A
partir de los seis meses, la producción de leche materna ya no está tan ligada
a las hormonas, por lo que el deseo sexual puede ir aumentando poco a poco. Sin
embargo hay mamás que no recuperan la líbido en condiciones normales hasta
mucho tiempo después y es algo completamente normal.
Según
Laura Gutman (psicóloga y autora de numerosas obras dedicadas a la maternidad)
el puerperio dura dos años y durante ese tiempo la mujer se encuentra fusionada
con el bebé, desorientada, cansada, ha perdido casi por completo su identidad y
necesita una comunidad de mujeres que la sostengan. En nuestra época, a falta
de una tribu de mujeres, las mujeres puérperas se apoyan en su pareja y
normalmente lo último que necesitan son reclamos de sexo.
Por
norma general, alrededor de los dos años, cuando el bebé va dejando de ser un
bebé, tanto los niveles hormonales como los niveles de fusión emocional
propician que se recupere el deseo sexual perdido y muchas mamás comentan que
hasta ese momento no se han sentido con ganas de tener una vida sexual activa
con sus parejas (tal y como apunta Laura Gutman)
¿Qué
hacen los demás mamíferos?
No
olvidemos que somos una especie mamífera y entenderemos mejor lo que nos pasa
si observamos a otras especies similares a la nuestra.
Las
demás hembras mamíferas no se ponen en celo mientras están amamantando a sus
crías y de hecho, los machos huelen la leche y no se acercan a ellas (algo
parecido a lo que nos pasa a nuestra especie jeje).
En
realidad esto se considera positivo en cuanto a la evolución de la especie
porque la naturaleza considera que lo prioritario es que la mamá cuide de su
cría y la amamante, por lo que su interés por el sexo opuesto disminuye
muchísimo.
De
todas las especies de animales mamíferos los únicos en los que las hembras
mantienen relaciones sexuales durante la lactancia son los canguros y los
humanos.
Parto
Natural Vs Parto Medicalizado
Cuando
una mujer da a luz en un hospital, casi con toda probabilidad sufrirá una episiotomía.
La episiotomía puede provocar dolor al mantener relaciones sexuales con
penetración durante mucho tiempo (meses o incluso años) por lo que esta causa
también hay que tenerla en cuenta a la hora de pensar en esto.
Las
mujeres que han tenido un parto natural sin episotomía, suelen recuperar antes
el deseo sexual.
Evitar
malentendidos
Las
mamás recientes y en periodo de lactancia suelen sentirse más sensibles de lo
normal. Muchas veces necesitan el apoyo, la contención, los abrazos y las
caricias de su pareja, pero no mantener relaciones sexuales.
Sin
embargo los papás a veces malinterpretan los acercamientos de la mamá pensando
que quieren sexo y después se enfadan ante su rechazo. La mamá deja de
acercarse para evitar estos malentendidos y el papá se enfada con el bebé
porque desde que nació, su pareja ha cambiado y ya no se siente deseado.
La
verdad es que durante los primeros meses después del parto, lo normal es que la
mamá se fusione con el bebé enfocando hacia él toda su energía afectiva y esto
puede afectar al papá y hacerle sentir desplazado.
Hablemos
En
esos momentos en los que se producen estos malentendidos es fundamental tener
una comunicación sincera que nos permita entender a nuestra pareja.
El
papá debe saber que aunque la mamá no siente deseo sexual, le sigue queriendo
igual que antes y lo necesita más que nunca.
La
mamá debe saber que el papá puede sentirse excluido y que seguramente sólo
quiere ayudar.
En
algunas revistas de mamás he leido que la mamá debería de hacer un esfuerzo por
mantener relaciones sexuales en este momento para evitar que el papá se sienta
mal o se sienta excluido, pero yo no estoy de acuerdo.
Creo
que los papás deben entender a sus parejas y pueden aprender a disfrutar de
“otras” relaciones sexuales más tiernas donde las caricias y los abrazos cobran
muchísima importancia y la penetración sexual se deja para más adelante.
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